martes, 13 de julio de 2010

Merito y Desatencion que impresionar

Samuel Johnson luchó por años con la pobreza mientras trabajaba en su ENGLISH DICTIONARY, el primero en su tipo en ese idioma. Había preparado un prospecto y solicitó el patrocinio del Conde de Chesterfield, entre otros. El conde le envió 10 libras pero dijo que estaba demasiado ocupado para ver al doctor Johnson.

Próximo a que se terminara, Chesterfield oyó que era una obra meritoria y escribió dos ensayos muy elogiosos con la esperanza de que le dedicara la obra. Un reconocimiento común en esos días. La declinación de Johnson es una de las joyas del idioma inglés:


Milord:
Me ha informado recientemente el propietario del World, que dos artículos en los que se recomienda mi diccionario al público, fueron escritos por su señoría. Que me haya distinguido así es un honor, ya que, estando poco acostumbrado a recibir los favores de los grandes, no sé cómo recibirlos o cómo reconocerlos. Cuando alguien me animó, y visité por vez primera a vuestra señoría, quedé impresionado, como el resto de la humanidad, por su encanto; y no pude evitar desear poder enorgullecerme de ser Le vainqueur du vanquer de la terre - que pudiera obtener aquello por lo que el mundo luchaba; pero encontré que me prestaban tan poca atención que ni el orgullo ni la modestia me impidieron continuar. Cuando me dirigí una vez a su señoría en público había agotado el arte de agradar, todo el que un erudito retirado y sin roce cortesano pueda poseer. Había hecho todo lo que podía; y a ningún hombre le agrada que no se le preste atención a su todo, por pequeño que este sea.
Han pasado siete años, su señoría, desde que esperé en su antesala y no fui aceptado en su puerta; durante ese tiempo he proseguido con mi trabajo en medio de las dificultades, de las cuales es inútil quejarse, y al final he llegado al punto de su publicación, sin ninguna ayuda, una palabra de ánimo, una sonrisa o un favor. No esperaba tal trato, ya que nunca había solicitado un patrocinio.
No es un patrocinador, señor, el que observa sin preocuparse al hombre que lucha por su vida en el mar, y que cuando llega a tierra lo colma de ayuda. los elogios que ahora escribe sobre mi obra, si hubieran sido antes, hubieran sido bondadosos; pero los ha hecho usted ahora que he llegado a la indiferencia y no me producen gozo alguno; ahora soy un solitario y no puedo compartirlos; ahora que soy reconocido y no los quiero. Espero que no considere un rudo cinismo confesar no tener ninguna obligación cuando no he recibido ningún beneficio, o no desear que el público considere que le debo algo a patrocinador alguno, cuando la providencia me ayuda a lograr todo por mi propio esfuerzo.
Al llegar a este punto de mi trabajo sin ninguna obligación a ningún mecenas del conocimiento, no me consideraré decepcionado, aunque debo terminarlo, si lo menos es posible,con menos; porque hace ya mucho tiempo que desperté de ese sueño de esperanza, del cual tanto me enorgullecía con gran entusiasmo.
Milord.
el más humilde,
más obediente servidor
de su señoría,
Sam Johnson


Lord Chesterfield nunca contestó esta carta. Y cuando alguien inquiría al respecto, su señoría contestaba que "estaba muy bien escrita".

miércoles, 7 de julio de 2010

¡Ja Ja! Internacionalicemos la AMAZONIA ¡JAJAJA!

DECLARACIONES DE CHICO BUARQUE.
MINISTRO DE EDUCACIÓN DE BRASIL.

No todos los días un brasileño les da una buena y educadísima bofetada a los estadounidenses.

Durante un debate en una universidad de Estados Unidos, le preguntaron al exgobernador del Distrito Federal y actual Ministro de Educación de Brasil, CRISTOVÃO CHICO BUARQUE, qué pensaba sobre la internacionalización de la Amazonia. Un estadounidense en las Naciones Unidas introdujo su pregunta, diciendo que esperaba la respuesta de un humanista y no de un brasileño.

Ésta fue la respuesta del Sr. Cristóvão Buarque:

Realmente, como brasileño, sólo hablaría en contra de la internacionalización de la Amazonia. Por más que nuestros gobiernos no cuiden debidamente ese patrimonio, él es nuestro.

Como humanista, sintiendo el riesgo de la degradación ambiental que sufre la Amazonia, puedo imaginar su internacionalización, como también de todo lo demás, que
es de suma importancia para la humanidad.

Si la Amazonia, desde una ética humanista, debe ser internacionalizada, internacionalicemos también las reservas de petróleo del mundo entero. El petróleo es tan importante para el bienestar de la humanidad como la Amazonia para nuestro futuro. A pesar de eso, los dueños de las reservas creen tener el derecho de aumentar o disminuir la extracción de petróleo y subir o no su precio.

De la misma forma, el capital financiero de los países ricos debería ser internacionalizado. Si la Amazonia es una reserva para todos los seres humanos, no se debería quemar solamente por la voluntad de un dueño o de un país. Quemar la Amazonia es tan grave como el desempleo provocado por las decisiones arbitrarias de los especuladores globales. No podemos permitir que las reservas financieras sirvan para quemar países enteros en la voluptuosidad de la especulación.

También, antes que la Amazonia, me gustaría ver la internacionalización de los grandes museos del mundo. El Louvre no debe pertenecer solo a Francia. Cada museo del mundo es el guardián de las piezas más bellas producidas por el genio humano. No se puede dejar que ese patrimonio cultural, como es el patrimonio natural amazónico, sea manipulado y destruido por el sólo placer de un propietario o de un país.

No hace mucho tiempo, un millonario japonés decidió enterrar, junto con él, un cuadro de un gran maestro. Por el contrario, ese cuadro tendría que haber sido internacionalizado.

Durante este encuentro, las Naciones Unidas están realizando el Foro Del Milenio, pero algunos presidentes de países tuvieron dificultades para participar, debido a
situaciones desagradables surgidas en la frontera de los EE.UU. Por eso, creo que Nueva York, como sede de las Naciones Unidas, debe ser internacionalizada. Por lo menos Manhatan debería pertenecer a toda la humanidad. De la misma forma que París, Venecia, Roma, Londres, Río de Janeiro, Brasilia... cada ciudad, con su belleza
específica, su historia del mundo, debería pertenecer al mundo entero.

Si EEUU quiere internacionalizar la Amazonia, para no correr el riesgo de dejarla en manos de los brasileños,internacionalicemos todos los arsenales nucleares. Basta pensar que ellos ya demostraron que son capaces de usar esas armas, provocando una destrucción miles de veces mayor que las lamentables quemas realizadas en los bosques de Brasil.

En sus discursos, los actuales candidatos a la presidencia de los Estados Unidos han defendido la idea de internacionalizar las reservas forestales del mundo a cambio de la deuda. Comencemos usando esa deuda para garantizar que cada niñodel mundo tenga la posibilidad de comer y de ir a la escuela. Internacionalicemos a los niños, tratándolos a todos ellos sin importar el país donde nacieron, como patrimonio que merecen los cuidados del mundo entero. Mucho más de lo que se merece la Amazonia. Cuando los dirigentes traten a los niños pobres del mundo como Patrimonio de la
Humanidad, no permitirán que trabajen cuando deberían estudiar; que mueran cuando deberían vivir.

Como humanista, acepto defender la internacionalización del mundo; pero, mientras el mundo me trate como brasileño, lucharé para que la Amazonia, sea nuestra. ¡Solamente
nuestra!

OBSERVACIÓN: Este artículo fue publicado en el NEW YORK TIMES, WASHINGTON POST, USA TODAY y en los mayores diarios de EUROPA y JAPÓN.

En BRASIL y el resto de Latinoamérica, este artículo no fué publicado.Ayúdenos a divulgarlo, ¡¡¡¡ Que casualidad!!!!!!!!!!!!!!!!!

lunes, 14 de junio de 2010

CORRUPCION

Amigos, podríamos mencionar cada país del mundo y sus respectivos problemas de corrupción e inmoralidad, como diría un dicho popular: En todas partes se cuecen habas, o como diría Jesucristo. “Quien este libre de pecado que tire la primera piedra”. Entonces, después de pensar en estas palabras, y tratar de buscar una respuesta en quien las dijo, es que doy una miradita al cielo y llego a darme cuenta del país en el cual he nacido , de su grandeza, de su historia, de su riqueza cultural, del espíritu emprendedor, empresarial de su gente.
Desgraciadamente la corrupción, de un sistema político carente de ideas y buena voluntad, hacen que las bendiciones que tiene este Bello lugar, no lleguen a sus habitantes.
Cada país vive su propia angustia. Cada país tiene su propia historia y no por ello sus ciudadanos tienen que arrastrar con esas cadenas; con las secuelas de la corrupción. Por esta razón, cuando se refieran despectivamente a Perú por aquello del narcotráfico, del terrorismo, o de la corrupción, hay que recordar a los 29 millones de habitantes honrados que se esfuerzan por salir adelante, un pueblo de emprendedores que no dudan en arriesgar su capital con tal de generar riquezas, crear empleos y que sueñan con tener una patria libre y soberana. Que por mas que los gobiernos corruptos, tratan de generar en ellos, mentalidad de “ciudadanos pobres y tercermundistas” contra todo ello, saben salir adelante, porque en ellos esta, en su interior, la capacidad innata de progresar. Y recordar a nuestro Javier Pérez de Cuellar, del maestro José Santos Chocano; Ricardo Palma, Pachacutec, Cesar Vallejo, Ciro Alegría, Gaston Acurio, Pedro Paulet, a todos nuestros Héroes que lucharon por la independencia, y a todos nuestros héroes civiles, policías y militares que lucharon por salvar al país del terrorismo, grandes ejemplos que nos enseñan, que si ellos pudieron…nosotros también podemos!!
No olvido de la talentosa Susana baca o a Alex Acuña, Eva Ayllon, Perú N
Negro ,recordando también a libido, que saca la cara por el rock nacional, a Sandra Muente, Brenda Mau y Nicolle Pillman jóvenes talentosas que supieron llevar el nombre del Perú en los certámenes que participaron así sucesivamente, no terminaríamos de enumerarles las cosas buenas que tiene este país maravilloso, no solo por sus riquezas naturales, si no por la calidad humana de su gente.
Hagamos hincapié en mas cosas como por Ej.: Que en el Perú crece la fauna y flora más exótica del mundo entero, que su amazonia es un verdadero paraíso. Que corren ríos de aguas cristalinas surcando sus tres regiones, Que las frutas huelen y saben a frutas y la leche a leche, que la uña de gato y la maca es nuestra. Les aseguro que si alguien abre un hueco, lo mas probable es que halle una esmeralda, una veta de oro, un pozo de petróleo, e inclusive una vasija de barro repleta de joyas, enterrada por los primeros peruanos, 500 o 600 años atrás para que los españoles no lo roben y nadie en el mundo va a dudar de que el Perú tiene la mejor sazón de la tierra, que aquí se come rico!!!!
Y no exageramos cuando decimos que el Perú cuenta con una de las 7 maravillas del mundo en su Machupicchu , Que tenemos un peso milenario en los incas, que el señor de Sipan nada tiene que envidiarle a Tutankamon, que Caral con su mas de 100 pirámides, se lleva de encuentro a Egipto, de el gran misterio que son las líneas de Nazca, que aquí se encuentra el Paititi, que los campesinos silban y cantan alegres mientras llenan sus canastas de pepitas rojas, las mismas que en USA llaman “Peruvian coffe”, y que se ha ganado la distinción del mejor café del mundo!! y que decir del buen pisco que otro país quiere hacerse el dueño? De que tenemos mas de 3000 variedades de papa o del Caballo de paso, o del cajón peruano.
Que no nos cueste creer que los escritores, compositores y los poetas se dan la vida escribiendo a su patria como Augusto Polo Campos, Gianmarco, Felipe Pinglo, Vargas Llosa. Que el aire esta impregnado de bellos ritmos que engendran igualmente yaravíes, valses, marineras, huaynos y mulisas.
Y que no nos cueste creer, que a pesar, de todas las riquezas que se han llevado, todo lo que se han robado, de todo lo que los corruptos nos han quitado, no llega ni el 0.0001 % de todo lo que nuestro País tiene para darnos, y ahora nosotros tenemos la responsabilidad de cuidar
Entonces, después de ver tantas cosas bonitas juntas, me olvidaría por un momento de los narcotraficantes, de los terroristas, de los paramilitares y sus matanzas, de los secuestradores y su fascismo, y de los gobiernos que hemos tenido que lo único que han generado es anarquía en el país, (y que pagaran las consecuencias de sus malos actos) rápido recuerdo de su población de gente pulcra, honrada, que todavía hay estudiosos, inventores, grandes científicos, buenos médicos, grandes profesores y maestros, de una solvencia moral increíble, que aun hay galanes caballeros que saben dar serenatas escriben poemas y envían flores, que el Perú esta lleno de gente Honesta, que están “ escondiditos” , pero allí están, atentos y dispuestos al llamado del destino para salvar a nuestro país de las garras de la corrupción, que en menos de lo que imaginamos, tomaran el poder del país, en beneficio de todos.
En ese momento me doy cuenta que todo lo malo que esta transcurriendo en el bello Perú es solo pasajero y ya pasara!! Que mas son las cosas por las cuales podemos sentirnos orgullosos y dignos, que de las que podamos avergonzarnos, que el mal y la corrupción lo único que tiene de ventaja es que esta mejor publicitado.
Por eso sintamos orgullosos de ser peruano y orgullosos de saber que Dios tiene algo grande y bello para el país. Por eso sintamonos más orgulloso de nuestra tierra, de nuestra herencia, pero sobre todo del mejor regalo que la vida me ha hecho, de habernos dado la oportunidad de nacer en este bello país.
Me siento mejor después de entender el propósito de mi vida, el porque nací, de cual es la misión de cada uno de los ciudadanos peruanos que se, llegaran a saber lo valiosos que son y entenderán todo lo que son capaces de hacer y de recordar que es lindo saber que hay gente que mantiene viva la fe y el amor por su país y no deja que nadie ni nada opaque el orgullo que se siente de ser peruano y que TENGO EL ORGULLO DE SER PERUANO Y SOY REQUETE SUPER ARCHI FELIZ!!!!!!!!!!!

Marlon Echevarria
Perú Anticorrupción


Pd. No olvides de compartir este mensaje con mas ciudadanos, e invítalos a participar de PERU ANTICORRUPCION, al igual que tu, ellos también tienen mucho que aportar al desarrollo del país.

jueves, 10 de junio de 2010

ANTICORRUPCION

Marlon Echevarria El 06 de junio a las 20:54 Responder
Una reflexión para todos nosotros , desde que tenemos uso de razón venimos viendo y escuchando que como es que cada gobierno que paso dicen fueron mejor, desde hace aproximadamente 40 años hemos tenido 7 gobernantes y lo único que han hecho en su afán de “ salvar” al país, en su afán de llevar a cabo “sus grandes proyectos sociales” es hundir marginar, destrozar la dignidad, la cultura y la autoestima de los ciudadanos, si, a nosotros como pueblo, a nosotros como capital humano de este país, porque han creado un país donde la viveza, es una moneda que vale tanto, o mas que el oro, un país donde el hacerse rico de la noche a la mañana, es una virtud mas que formar una familia a largo plazo, basada en valores y el respeto a los demás, han creado un país donde lamentablemente, los periódicos no se pueden vender como en otros países, poniéndolo en maquinas donde uno paga por un solo ejemplar, y saca un solo periódico dejando los demás en donde están, han creado un país donde las empresas privadas y las oficinas del estado son librerías particulares donde sus empleados deshonestos se llevan a su casa como si nada, papel, lapiceros, borradores, y todo lo que les falta para la tarea y la escuela de sus hijos, nos han dado un país donde el hombre ha despreciado su lugar como cabeza de familia, donde es “normal” tener hijos en dos familias, un país donde las palabras “ muchas gracias” y “por favor” han desaparecido de nuestro vocabulario, un país donde al gobierno lo único que le interesa es sacarle dinero a los empresario con altos impuestos, obligándolos a caminar en el filo de la navaja, poniendo en riesgo su capital y el empleo de sus trabajadores ,donde los padres se desentienden de los hijos y los envían a las escuelas con el propósito de que sean en estas donde los críen , donde la disciplina y el respeto son cosas “ antiguas” y tenemos que vivir “ a la moderna” un país donde se es vivazo si consigue robarse la señal de cable del vecino, han creado un país donde la impunidad es un habito, en donde no hay interés por la ecología, en donde las personas tiran la basura y orinan en los postes de luz y luego reclaman a la municipalidad por no limpiar las calles, un país donde no existe una cultura por la lectura, no hay conciencia ni memoria por la política, no hay interés por la economía, porque solo les interesa su club de fútbol o desde cuando no vamos a un mundial, un país donde nuestros congresistas, trabajan pocos días al año y cobran mucho mas que cualquier alto ejecutivo, se han encargado muy bien de crear un país donde las licencias de conducir, donde los certificados médicos, incluso hasta la ciudadanía peruana, se puede comprar sin hacer ningún tipo de examen , ya no le damos el asiento a una persona de edad avanzada, o una mujer con su hijo en brazo, un país que cuando subimos a un servicio publico de transporte queremos pagar el pasaje lo que nos da la gana, con la excusa de que no tenemos dinero o que así nos han cobrado antes sin tener respeto por el trabajo de los otros, o sin siquiera poder negociar el costo del pasaje, un país donde el derecho de paso es para el automóvil y no para el peatón, y si te ven cruzar la calle aceleran mas el automóvil para obligarte a cruzar mas rápido , donde la autoridad cree tener derecho a “ meterse en tu casa sin pedir permiso” y hacer lo que le da la gana con la excusa del desarrollo y la inversión, donde el gobernante hace una clara distinción entre los ciudadanos de primero o quinta clase, un país donde antes que reprimir la delincuencia, utilizan a las fuerzas del orden para reprimir protestas sociales enfrentándolos a la población sin medir consecuencias en un claro menosprecio por sus vidas, donde al final, población y policías son las victimas de la soberbia gubernamental y así nos cansaríamos de enumerar el país que estos gobernantes han dejado o han creado.

Admiramos la mediocridad con programas de televisión nefastos y en verdad tolerantes con el fracaso, telenovelas, o tonterías, no nos damos cuenta que por mas que busquemos nuevos mercados y no preparamos a nuestra gente, potenciando sus habilidades, virtudes y destrezas innatas generando en ellos una “mentalidad empresarial” fortalecidos en valores, estamos dejando que china nos arrase y en menos de 15 años será la potencia mundial, ocupando un lugar al que nosotros también podemos llegar

Como ciudadanos de este país tenemos cosas buenas, pero nos falta mucho para ser lo que el Perú necesita, porque esos defectos, esa deshonestidad , esa falta de calidad humana, que es a lo que nos han llevado, es lo que realmente tiene al país en el subdesarrollo, lo siento mucho porque cuando este gobierno termine su mandato, es muy probable que con los candidatos que tenemos, el próximo que venga seguirá la misma política, generando mas “capital humano” defectuoso , tenemos que erradicar todos esos vicios como pueblo, vicio del letargo, del desinterés y empezar a darnos cuenta y cambiar nuestra forma de ver nuestro país e interesarnos por las cosas que pasan y las desiciones que toman nuestro gobernantes , porque ninguno sirvió, no sirvió fujimori, no sirvió Paniagua, no sirvió Toledo y tampoco sirve Garcia, porque ninguno de ellos se intereso en el SER HUMANO, en aquel que da vida al sistema, en aquel que mueve al mercado , han destruido nuestra educación, nuestra cultura, nuestra identidad como nación , con un sistema educativo empeñado en llenarnos de conocimiento externos, diseñado solo y exclusivamente para hacernos ciudadanos con “mentalidad burocrática” dependientes cuando el verdadero conocimiento esta dentro de nosotros, sabiendo cuales son nuestras habilidades, virtudes, un sistema educativo que discrimina a los maestros dividiéndolos en buenos y malos, destruyendo su autoestima, y no necesitamos que nos traigan un dictador para que nos haga cumplir la ley por la fuerza, aquí hace falta otra cosa, algo mas inteligente que bloqueos, paros, o toma de carreteras, el tomar conciencia y saber elegir a quien nos gobierne y mientras eso no empiece a surgir entre la población, seguiremos condenados, si no cambiamos nuestra forma de pensar, estemos en el lugar donde estemos, seguiremos condenados.

Pero el día de hoy he pensado buscar al único que puede cambiar esta situación para pedirle, exigirle que de una vez por todas haga algo y no se haga el desentendido, y se que lo voy a encontrar, esta noche cuando me vea en el espejo, allí estará, mirare fijamente a sus ojos y le exigiré, le voy a suplicar si es necesario que no calle mas, que el ya sabe lo valioso que es, y lo valiosos que es su voto, que no lo desperdicie sellando un contrato con alguien que no vale la pena , que no desperdicie ese poder que el tiene dentro de si para cambiar al país dándole su voto a alguien que ya conocemos y que nada tiene que ofrecer, le pediré firmemente que haga un Perú mejor.


Marlon Echevarria
PERU ANTICORRUPCION


Pd. No olvides de compartir esta reflexión con tus amistades y/o contactos del facebook e ir tomando conciencia de la realidad de nuestro país que nos involucra a todos, e invítalos a formar parte del grupo PERU ANTICORRUPCION



Marlon Echevarria El 01 de junio a las 21:24 Responder
Amigos, seria bueno reflexionar en un termino del que algunos políticos –digamos que la gran mayoría- utilizan para si mismos LA EFICIENCIA, se llenan la boca en decir: soy eficiente, gobierno eficiente, que tal o cual candidato es eficiente, termino muy de moda en la actualidad.
Analizando este termino, según los distintos tratados, estudio del management, administración y marketing actual EFICIENCIA es lograr metas, objetivos con la menor cantidad de recursos posibles.
Desde que tenemos uso de razón , venimos escuchado del desempeño de los gobiernos en base a los logros obtenidos, ni recordar los 70s década donde prácticamente se destruyo la empresa privada , ni hablar de los 80s donde el país su sumió en el caos, como un barco a la deriva, que sin ningún incentivo por parte del gobierno fue la misma población y sus empresas quien empezó a sacar adelante al país que contra todo pronostico, contra toda oposición, por mas que la violencia terrorista y la corrupción gubernamental campeaba, lograron avanzar.
Este avance de peruanos emprendedores que a pesar de las circunstancias adversas lograron obtener se vio reflejado en los 90s, donde el presidente, carente de un plan de gobierno, tuvo que liberar el mercado, que venia siendo empujado por estos peruanos emprendedores desde los años 80s. Se dio el libre mercado, pero a que precio? Cuando fue la corrupción quien se llevo todo ese dinero obtenido por la venta de las empresas, de que sirvió que se construyeran colegios, cuando se destrozo la educación y la cultura de la población? Porque esa fue una política de estado, destruir la cultura de la sociedad (acordémonos de los periódicos y televisión basura)
Del recuerdo de los 90s hay quienes se jactan de que pacificaron el país, de que el plan de gobierno que emplearon termino con el terrorismo, cuando la verdad es que hubo un grupo de personas, subestimados por el gobierno, que en todo el proceso de investigación hasta que capturaron a abimael guzman y toda su cúpula terrorista ¡NO GASTARON NI UNA SOLA BALA!!!! Que buena muestra de eficiencia!!!!!!!!!
Ya hasta el 2006 tuvimos un gobierno que se jacta de haber mantenido la economía estable, y a que precio? Si fue en este gobierno en el cual la deuda externa subió en un promedio de 30% mas, y ni hablar de este gobierno que también se jacta de que gracias a ellos tenemos una macro economía estable, que si el gobierno hubiera sido el gesto y/o causante de que el precio de los minerales suba a nivel mundial, entonces palmas para ellos, y no hablar de la corrupción!!! se están llevando el país por hectáreas y en barriles de petróleo y sabe Dios en que formas mas!.
Fueron eficientes??...tu que opinas??
Que estos ejemplos nos sirvan para encaminar nuestra vida en pos de un mejor país, seamos eficientes? Aprendamos a hacer grandes cosas, con el menor esfuerzo posible, o con el esfuerzo adecuado, en nosotros esta el potencia necesario para lograrlo, todos tenemos habilidades, talentos y una vocación que hemos traído a este mundo para nuestro beneficio, beneficio de nuestro prójimo y de nuestra sociedad, porque ciudadanos eficientes, forman una sociedad eficiente, y una sociedad eficiente no elige a gobernantes ineptos!!
Gracias a todos los amigos que dan su opinión, comentario, y propuestas en el muro de PERU ANTICORRUPCION, gracias al aporte del amigo David Cortez Gutiérrez por su comentario sobre la eficiencia, y les animo a hacer sus comentarios, sugerencias, criticas y que este buen sentir de ver a nuestro país libre de la corrupción no quede en nosotros, animemos también a nuestros amigos y contactos a unirse a este grupo de ellos también hay mucho que aprender. La unión hace la fuerza!


Marlon Echevarria
PERU ANTICORRUPCION

Marlon Echevarria El 30 de mayo a las 21:02 Responder

NO IMPORTA QUE ROBE, CONTAL QUE HAGA OBRAS... TE PARECE CONOCIDA ESA EXPRESION??

PUES CLARO, ES BASTANTE CONOCIDA ENTRE LA POBLACION, VEMOS AUTORIDADES QUE HACEN UN MAL MANEJO

DE LOS RECURSOS PUBLICOS ( RECURSOS NUESTROS) PERO COMO " ESTAN HACIENDO OBRAS" PASAN DESAPERSIVIDOS

IMAGINA POR UN MOMENTO QUE CONTRATAS A UNA PERSONA PARA QUE TRABAJE EN TU CASA, DESPUES DE UN TIEMPO TE DAS CUENTA DE QUE TRABAJO RELATIVAMENTE BIEN, TUVO TU CASA RELATIVAMENTE EN ORDEN PERO TAMBIEN TE DAS CUENTA DE QUE TE FALTAN COSAS, DINERO ETC, QUE HARIAS? LO FELICITARIAS? O LE RECLAMARIAS POR HABERTE ROBADO?

PERO...TRABAJO BIEN!!! PERO....TE HA ROBADO!!! PERO...HIZO OBRA!! PERO.....TE HA ROBADO!

LO MISMO SUCEDE EN EL ESTADO, CADA CANDIDATO QUE DESEA UN CARGO COMO " SERVIDOR PUBLICO" CON NUESTRO VOTO ESTAMOS SELLANDO UN CONTRATO DE TRABAJO, EL VA A TRABAJAR PARA NOSOTROS, EL VA A COBRAR UN SUELDO DERIVADO DE NUESTROS IMPUESTOS, NO ESTA HACIENDONOS NINGUN FAVOR, ES SU OBLIGACION TRABAJAR BIEN, ES SU OBLIGACION HACER OBRAS, NOSOTROS ELEGIMOS UN CANDIDATO PARA QUE GOBIERNE, Y LO HAGA BIEN....NO LO ELEGIMOS PARA QUE NOS ROBE!!

AMIGOS , PERMITAMOS QUE TODO LO BUENO QUE HAY EN NOSOTROS EN BENEFICIO DEL PAIS SEA COMPARTIDO A NUESTROS AMIGOS Y CONTACTOS, INVITEMOSLOS A FORMAR PARTE DE
PERU ANTICORRUPCION, ELLOS TAMBIEN TIENEN MUCHO QUE APORTAR Y ENSEÑARNOS

Marlon Echevarria El 26 de mayo a las 21:56 Responder
Amigos, fue exactamente hace un mes que se abrió este por ahora pequeño espacio donde durante el transcurrir de los días hemos venido integrándonos poco a poco , ya que un solo motivo nos orienta a juntarnos, el Desarrollo de nuestro Perú, este país que amamos y en el cual se nos ha permitido nacer, país que ha venido siendo gobernado por un linaje oscuro donde mas énfasis le han dado al desarrollo del “sistema”, pero nunca se han interesado por aquel que forma y da vida al sistema, LA PERSONA HUMANA, Gobiernos que en nombre de la democracia toman decisiones destruyendo al país sin importarles absolutamente nada, solo sus intereses personales , dilapidando el país como si fuera su propiedad, repartiéndose entre ellos todas las riquezas y recursos que al país le corresponde.
Durante estos últimos 30 años, talvez mas, hemos venido siendo espectadores de acontecimientos nefastos contra el Perú, acontecimientos consecuencia de la corrupción , el menosprecio hacia las personas, la falta de amor hacia el país, por parte de nuestros Gobernantes, pero todo eso ya empezó a cambiar porque ya están de pie, ciudadanos Honestos, Decentes, Probos, Leales, dispuestos a sacar adelante al país, ciudadanos dispuestos a enmendar la dirección equivocada por la que nos han dirigido ciudadanos capaces de demostrar al mundo entero que a pesar de que la corrupción es grande…mucho mas grande es la honestidad que hay en nuestro país, que si la corrupciones es una fuerza enorme, y muy bien organizada, pues aquí estamos nosotros, mucho mas fuertes y mucho mas organizados, junto con ciudadanos que aun no conocemos y aun no han llegado, junto a otros grupos humanos que también se han formado, que con nuestro trabajo, con nuestras ideas, con nuestros aportes, limpiaremos el país de toda la inmundicia!
Alegrémonos amigos, porque el cambio en el país ya se inicio, hoy decidimos salir de nuestro letargo, hoy decidimos hacerle frente a la corrupción, hoy decidimos cada uno de nosotros, generar con nuestra propia vida, con nuestras propias aptitudes un despertar en la conciencia de la población , que cada ciudadano sepa, lo valiosos que es, y todo lo valioso que puede aportarle al país, alegrémonos y vivamos a partir de hoy con la firme convicción de que nuestro país ya cambio, vivamos imaginando, soñando siempre en todo momento a nuestro país fortalecido, nuestro país, siendo ejemplo , donde el mundo entero diga: EL PERU, UN PAIS EJEMPLO…GRACIAS A SU GENTE HONESTA porque este sueño, lo haremos realidad!!! Serás parte de la historia?
Permítanme en nombre de todos los ciudadanos probos de nuestro país, darles la bienvenida a PERU ANTICORRUPCION
Bienvenidos!!

domingo, 4 de abril de 2010

SEMANA SANTA 2010 "A LOS HERMANOS DE LA CRUZ


-Por... San Luis María Grignión de Montfort
- El que no tiene el espíritu de Cristo -que es espíritu de cruz- no es de Cristo –
- Y si los santos tuvieran algún deseo... sería el de volver a la tierra para llevar algunas cruces –
-«Sólo premiaré a quien haya padecido y vencido por su paciencia»-
La Divina Cruz me tiene escondido y me prohíbe hablar. No me es posible -y tampoco lo deseo- dirigiros la palabra a fin de manifestaros los sentimientos de mi corazón sobre la excelencia de la cruz y las prácticas de vuestra unión en la cruz adorable de Jesucristo.
No obstante, hoy, último día de mi retiro, salgo -por así decirlo- del encanto de mi interior para estampar en este papel algunos dardos de la cruz a fin de traspasar con ellos vuestros corazones.
¡Ojalá que para afilarlos sólo hiciera falta la sangre de mis venas en vez de la tinta de mi pluma! Pero, ¡ay!, aun cuando fuera necesaria, es demasiado criminal.
¡Sea, por tanto, el Espíritu de Dios vivo como la vida, fuerza y contenido de esta carta! ¡Sea su unción como la tinta! ¡Sea la adorable cruz mi pluma, y vuestro corazón, el papel!.
Estáis unidos vigorosamente, Amigos de la Cruz, como otros tantos soldados del Crucificado, para combatir el mundo.
No huís de él, como los religiosos y religiosas, por miedo a ser vencidos, sino que avanzáis como intrépidos y valerosos guerreros en el campo de batalla, sin retroceder un solo paso ni huir cobardemente.
¡Animo! ¡Luchad con valentía!, Uníos fuertemente; la unión de los espíritus y de los corazones, es mucho más fuerte y terrible al mundo y al infierno, de lo que lo serían los ejércitos de un reino bien unido, para los enemigos del Estado.
Los demonios se unen para perderos: uníos para derribarlos. Los avaros se unen para negociar y acaparar oro y plata: unid vuestros esfuerzos para conquistar los tesoros de la eternidad contenidos en la cruz.
Los libertinos se unen para divertirse: uníos para sufrir.
Grandeza del nombre de Amigos de la Cruz, Os llamáis Amigos de la Cruz. ¡Qué nombre tan glorioso! Os confieso que me encanta y deslumbra.
Es más brillante que el sol, más alto que los cielos, más glorioso y magnífico que los mayores títulos de reyes y emperadores. Es el nombre excelso de Jesucristo, Dios y hombre verdadero. Es el nombre sin equivoco de un Cristiano.
Pero si su brillo me encanta, no es menos cierto que e espanta. ¡Cuántas obligaciones ineludibles y difíciles encierra este nombre!.
El Espíritu Santo las expresa con estas palabras: Linaje elegido, sacerdocio real, nación consagrada, pueblo adquirido por Dios (1 Pe. 2,9).
Un Amigo de la Cruz es un hombre escogido por Dios, entre diez mil personas que viven según los sentidos y la sola razón, para ser un hombre totalmente divino, que supere la razón, y se oponga a los sentidos con una vida y una luz de pura fe, y un amor vehemente a la cruz.
Un Amigo de la Cruz es un rey todopoderoso, un héroe que triunfa del demonio, del mundo y de la carne en sus tres concupiscencias.
Al amar las humillaciones, arrolla el orgullo de Satanás. Al amar la pobreza, triunfa de la avaricia del mundo. Al amar el dolor, mortifica, la sensualidad de la carne.
Un Amigo de la Cruz es un hombre santo y apartado de todo lo visible. Su corazón se eleva por encima de todo lo caduco y perecedero.
Su conversación está en los cielos. Pasa por esta tierra como extranjero y peregrino, sin apegarse a ella; la mira de reojo, con indiferencia, y la huella con desprecio.
Un Amigo de la Cruz es una conquista señalada de Jesucristo, crucificado en el Calvario en unión con su santísima Madre. Es un Benjamín, nacido de su costado traspasado y teñido con su sangre.
A causa de su origen sangriento, no respira sino cruz, sangre y muerte al mundo, a la carne y al pecado, a fin de vivir en la tierra oculto en Dios con Jesucristo.
Por fin, un Amigo de la Cruz es un verdadero porta-Cristo, o mejor, es otro Cristo, que puede decir con toda verdad: Ya no vivo yo, vive en mi Cristo (Gal. 2,20).
Queridos Amigos de la Cruz, ¿obráis en conformidad con lo que significa vuestro grandioso nombre? ¿Tenéis, por lo menos, verdadero deseo y voluntad sincera de obrar así, con la gracia de Dios, a la sombra de la cruz del Calvario y de Nuestra Señora de los Dolores?.
¿Utilizáis los medios necesarios para conseguirlo? ¿Habéis entrado en el verdadero camino de la vida, que es el sendero estrecho y espinoso del Calvario? ¿No camináis, sin daros cuenta, por el sendero ancho del mundo, que conduce a la perdición? ¿Sabéis que existe un camino que al hombre le parece recto y seguro, pero lleva a la muerte?, ¿Sabéis distinguir con certeza entre la voz de Dios y su gracia y la del mundo y de la naturaleza?.
¿Percibís con claridad la voz de Dios, nuestro Padre bondadoso, quien -después de maldecir por tres veces a todos los que siguen las concupiscencias del mundo: ¡Ay, ay, ay de los habitantes de la tierra! (Ap. 8,13)- os grita con amor, tendiéndonos los brazos: Apartaos, pueblo mío escogido, queridos amigos de la cruz de mi Hijo; apartaos de los mundanos, a quienes maldice mi Majestad, excomulga mi Hijo y condena mi Espíritu Santo?.
¡Cuidado con sentaros en su cátedra pestilente! ¡No acudáis a sus reuniones! ¡No os detengáis en sus caminos! ¡Huid de la populosa e infame Babilonia! ¡Escuchad tan sólo la voz de mi Hijo predilecto y seguid sus huellas!.
Yo os lo di para que sea camino, verdad, vida y modelo vuestro: Escuchadle., ¿Escucháis la voz del amable Jesús? El, cargado con la cruz, os grita: Veníos conmigo.
El que me sigue no andará en tinieblas. ¡Animo, que yo he vencido al mundo! (Jn 8,12; 16,33).
Los dos bandos, Queridos hermanos, ahí tenéis los dos bandos con los que a diario nos encontramos: el de Jesucristo y el del mundo.
A la derecha, el de nuestro amable Salvador. Sube por un camino estrecho y angosto como nunca a causa de la corrupción del mundo. El buen Maestro va delante, descalzo, la cabeza coronada de espinas, el cuerpo ensangrentado y cargado con una pesada cruz.
Sólo le sigue un puñado de personas -si bien las más valientes-, ya que su voz es tan delicada que no se la puede oír en medio del tumulto del mundo o porque se carece del valor necesario para seguirlo en la pobreza, los dolores y humillaciones y demás cruces que es preciso llevar para servir al Señor todos los días.
A la izquierda, el bando del mundo o del demonio. Es el más nutrido, el más espléndido y brillante -al menos, en apariencia.- Y lo más selecto del mundo corre hacia él.
Se apretujan, aunque los caminos son anchos y más espaciosos que nunca, a causa de las multitudes que, igual que torrentes, transitan por ellos. Están sembrados de flores, bordados de placeres y diversiones, cubiertos de oro y plata.
A la derecha, el pequeño rebaño que sigue a Cristo habla sólo de lágrimas, penitencias, oraciones y menosprecio del mundo. Se oyen continuamente estas palabras, entrecortadas por sollozos: «Sufrimientos, lágrimas, ayunos, oraciones, olvidos, humillaciones, pobreza, mortificaciones.
Pues el que no tiene el espíritu de Cristo -que es espíritu de cruz- no es de Cristo.
Los que son del Mesías han crucificado sus bajos instintos con sus pasiones y deseos. (Gal.. 15,24).
O somos imagen viviente de Jesucristo o nos condenamos. ¡Animo!, gritan. ¡Animo! Si Dios está por nosotros, en nosotros y delante de nosotros, ¿quién estará contra nosotros?.
El que está en nosotros es más fuerte que el que está en el mundo. Un criado no es más que su amo. Una momentánea y ligera tribulación nos prepara un peso eterno de gloria.
El número de los elegidos es menor de lo que se piensa. Sólo los esforzados y violentos arrebatan el cielo. Tampoco un atleta recibe el premio si no compite conforme al reglamento (2 Tim. 2,5), conforme al Evangelio y no según la moda.
¡Luchemos, pues, con valor! ¡Corramos de prisa para alcanzar la meta y ganar la corona!» Son algunas de las expresiones con las cuales se animan unos a otros los Amigos de la Cruz.
Los mundanos, al contrario, para incitarse a perseverar en su malicia sin escrúpulos, gritan todos los días: «¡Vivir! ¡Vivir! ¡Paz! ¡Paz! ¡Alegría! ¡Comamos, bebamos, cantemos, bailemos, juguemos! Dios es bueno y no nos creó para condenarnos. Dios no prohíbe las diversiones. No nos condenaremos por eso. ¡Fuera escrúpulos! No moriréis» (Gen. 3,4).
Acordaos, queridos cofrades, de que el buen Jesús os está mirando y os dice a cada uno en particular: «Casi todos me abandonan en el camino real de la cruz.
Los idólatras, enceguecidos, se burlan de mi cruz como si fuera una locura; los judíos, en su obstinación, se escandalizan de ella como si fuera un objeto de horror; los herejes la destrozan y derriban como cosa despreciable.
Pero -y esto lo digo con los ojos arrasados en lágrimas y el corazón traspasado de dolor- mis hijos, criados a mis pechos e instruidos en mi escuela, mis propios miembros, vivificados por mi Espíritu, me han abandonado y despreciado, haciéndose enemigos de mi cruz.
¿También vosotros queréis marcharos? (Jn 6,67) ¿También vosotros queréis abandonarme, huyendo de mi cruz, igual que los mundanos, que en esto son otros tantos anticristos? ¿Queréis -para conformaros a este siglo- despreciar la pobreza de mi cruz para correr tras la riquezas; esquivar los dolores de mi cruz para buscar los placeres; odiar las humillaciones de mi cruz para codiciar los honores?.
Tengo aparentemente muchos amigos que aseguran amarme, pero en el fondo me aborrecen, porque no aman mi cruz.
Tengo muchos amigos de mi mesa y muy pocos de mi cruz».
Ante llamada tan amorosa de Jesús, superémonos a nosotros mismos. No nos dejemos arrastrar por nuestros sentidos -como Eva-.
Miremos solamente al autor y consumador de nuestra fe, Jesucristo crucificado, y huyamos de la corrupción que por la concupiscencia existe en el mundo corrompido.
Amemos a Jesucristo como se merece, es decir, llevando la cruz en su seguimiento. Meditemos detenidamente estas admirables palabras de nuestro amable Maestro, pues encierran toda la perfección cristiana: El que quiera venirse conmigo, que reniegue de sí mismo, que cargue con su cruz y me siga (Mt 16,24; Lc. 9,23).
Prácticas de la perfección cristiana. En efecto, toda la perfección cristiana consiste:
1. En querer ser santo: El que quiera venirse conmigo.2. En abnegarse: Que reniegue de sí mismo.3. En padecer: Que cargue con su cruz.4. En obrar: Y me siga.
1. «El que quiera venirse conmigo», El que quiera. Y no los que quieran, para indicar el reducido número de los elegidos que quieren conformarse a Jesucristo llevando la cruz. Es tan limitado, tan limitado este número, que, si lo conociéramos, quedaríamos pasmados de dolor.
Es tan reducido, que apenas si hay uno por cada diez mil -como fue revelado, a varios santos, entre ellos a San Simón Estilita, según refiere el santo abad Nilo después de San Efrén, San Basilio y otros más-.
Es tan reducido, que, si Dios quisiera agruparlos, tendría que gritarles, como en otro tiempo, por boca de un profeta:
Congregaos uno a uno; uno de esta provincia, otro de aquel país.
El que quiera. El que tenga voluntad sincera, voluntad firme y resuelta. Y esto no por instinto natural, rutina, egoísmo, interés o respeto humano, sino por la gracia triunfante del Espíritu Santo, que no se comunica a todos: No a todos ha sido dado conocer el misterio.
El conocimiento práctico del misterio de la cruz se comunica a muy pocos. Para que alguien suba al Calvario y se deje crucificar con Jesucristo, en medio de los suyos, es necesario que sea un valiente, un héroe, un decidido, un amigo de Dios; que haga trizas al mundo y al infierno, a su cuerpo y a su propia voluntad; un hombre resuelto a sacrificarlo todo, emprenderlo y padecerlo todo por Jesucristo.
Sabed, queridos Amigos de la Cruz, que aquellos de entre vosotros que no tienen tal determinación andan sólo con un pie, vuelan sólo con un ala y no son dignos de estar entre vosotros, pues no merecen llamarse Amigos de la Cruz, a la que hay que amar, como Jesucristo, con corazón generoso y de buena gana.
Una voluntad a medias -lo mismo que una oveja sarnosa- basta para contagiar todo el rebaño.
Si una de éstas hubiera entrado en el redil por la falsa puerta de lo mundano, echadla fuera en nombre de Jesucristo, como al lobo de entre las ovejas.
El que quiera venirse conmigo, que me humillé y anonadé tanto que parezco más gusano que hombre: Yo soy un gusano, no un hombre (Salmo 22,7); conmigo, que vine al mundo solamente para abrazar la cruz: Aquí esto y; para enarbolarla en medio de mi corazón, en las entrañas; para amarla desde mi juventud: la quise desde muchacho; para suspirar por ella toda mi vida: ¡Qué más quiero!; para llevarla con alegría, prefiriéndola a todos los goces y delicias del cielo y de la tierra: En vez del gozo que se le ofrecía, soportó la cruz (Heb 12,2); conmigo, finalmente, que no encontré el gozo colmado sino cuando pude morir en sus brazos divinos.
2. «Que reniegue de sí mismo», El que quiera, pues, venirse conmigo, anonadado y crucificado en esta forma, debe, a imitación mía, gloriarse sólo en la pobreza, las humillaciones y padecimientos de mi cruz: que reniegue de sí mismo.
¡Lejos de la compañía de los Amigos de la Cruz los que sufren orgullosamente, los sabios según el siglo, los grandes genios y espíritus agudos, henchidos y engreídos de sus propias luces y talentos!.
¡Lejos de aquí los grandes charlatanes, que aman mucho el ruido, sin otro fruto que la vanidad!.
¡Lejos de aquí los devotos orgullosos, que hacen resonar en todas partes el «en cuanto a mí» del orgulloso Lucifer: No soy como los demás: que no pueden soportar que los censuren, sin excusarse; que los ataquen, sin defenderse; que los humillen, sin ensalzarse!.
¡Mucho cuidado! No admitáis en vuestras filas a esas personas delicadas y sensuales que rehúyen la menor molestia, que gritan y se quedan ante el más leve dolor, que jamás han experimentado los instrumentos de penitencia -cadenilla, cilicio, disciplina, etc.- y que mezclan a sus devociones, según la moda, la más solapada y refinada sensualidad y falta de mortificación.
3. «Que cargue con su cruz», Que cargue con su cruz. ¡La suya propia! Que ese tal, ese hombre, esa mujer excepcional que toda la tierra no alcanzaría a pagar, cargue con alegría, abrace con entusiasmo y lleve con valentía sobre sus hombros la propia cruz y no la de otro.
-La cruz, que mi Sabiduría le fabricó con número, peso y medida; -la cruz cuyas dimensiones: espesor, longitud, anchura y profundidad, tracé por mi propia mano con extraordinaria perfección; -la cruz que le he fabricado con un trozo de la que llevé al Calvario, como fruto del amor infinito que le tengo; -la cruz, que es el mayor regalo que puedo hacer a mis elegidos en este mundo; -la cruz, constituida, en cuanto a su espesor, por la pérdida de bienes, las humillaciones, menosprecios, dolores, enfermedades y penalidades espirituales que, por permisión mía, le sobrevendrán día a día hasta la muerte; -la cruz, constituida, en cuanto a su longitud, por una serie de meses o días en que se verá abrumado de calamidades, postrado en el lecho, reducido a mendicidad, víctima de tentaciones, sequedades, abandonos y otras congojas espirituales; -la cruz, constituida, en cuanto a su anchura, por las circunstancias más duras y amargas de parte de sus amigos, servidores o familiares; -la cruz, constituida, por último, en cuanto a su profundidad, por las aflicciones más ocultas con que le atormentaré, sin que pueda hallar consuelo en las criaturas.
Estas, por orden mía, le volverán las espaldas y se unirán a mí para hacerle sufrir. Que cargue. Que la cargue: que no la arrastre, ni la rechace, ni la recorte, ni la oculte. En otras palabras, que la lleve con la mano en alto, sin Impaciencia ni repugnancia, sin quejas ni criticas voluntarias, sin medias tintas ni componendas, sin rubor ni respeto humano.
Que la cargue. Que la lleve estampada en la frente, diciendo como San Pablo: Lo que es a mí, Dios me libre de gloriarme más que de la cruz de nuestro Señor Jesucristo (Gal. 6,14), mi Maestro.
Que la lleve a cuestas, a ejemplo de Jesucristo, para que la cruz sea el arma de sus conquistas y el cetro de su imperio.
Por último, que la plante en su corazón por el amor, para transformarla en zarza ardiente, que día y noche se abrase en el puro amor de Dios, sin que llegue a consumirse.
La cruz. Que cargue con la cruz, puesto que nada hay tan necesario, tan útil, tan dulce ni tan glorioso como padecer algo por Jesucristo.
«Nada tan necesario», Para los pecadores, En realidad, queridos Amigos de la Cruz, todos sois pecadores. No hay nadie entre vosotros que no merezca el infierno -Y yo más que ninguno-.
Nuestros pecados tienen que ser castigados en este mundo o en el otro. Sino lo son en éste, lo serán en el otro.
Si Dios los castiga en este mundo, de acuerdo con nosotros, el castigo será amoroso.
En efecto, nos castigará su misericordia, que reina en este mundo, y no su rigurosa justicia; será un castigo ligero y pasajero, acompañado de dulzura y méritos, y seguido de recompensas en el tiempo y en la eternidad.
Pero, si el castigo que merecen los pecados cometidos queda reservado para el otro mundo, la justicia inexorable de Dios -que todo lo lleva a sangre y fuego- ejecutará la condena.
Queridos hermanos y hermanas: ¿pensamos en esto cuando padecemos alguna pena en este mundo? ¡Qué suerte la que tenemos! Pues, al llevar esta cruz con paciencia, cambiamos una pena eterna e infructuosa por una pena pasajera y meritoria.
¡Cuántas deudas nos quedan por pagar! ¡Cuántos pecados cometidos! Para expiar por ellos, aún después de una amarga contrición y una confesión sincera, tendremos que padecer en el purgatorio por habernos conformado con unas penitencias bien ligeras durante esta vida.
¡Ah! Cancelemos, pues, amistosamente nuestras deudas en esta vida llevando bien nuestra cruz. En la otra vida, todo se paga hasta el último céntimo, hasta la menor palabra ociosa.
Si lográramos arrancar de manos M demonio el libro de muerte, en el que lleva anotados todos nuestros pecados y el castigo que merecen, ¡que debe tan enorme hallaríamos!.
¡Y qué encantados quedaríamos de padecer durante años enteros en esta vida antes que sufrir un solo día en la otra!.
Para los amigos de Dios, Amigos de la Cruz: ¿no os preciáis de ser amigos de Dios o de querer llegar a serlo? Decidíos, pues, a beber el cáliz que es preciso apurar para ser amigos de Dios: Bebieron el cáliz del Señor, y llegaron a ser amigos de Dios.
Benjamín -el mimado- halló la copa, mientras que sus hermanos sólo hallaron trigo. El discípulo predilecto de Jesús poseyó su corazón, subió al Calvario y bebió el cáliz: ¿Podéis beber el cáliz?.
Excelente cosa es desear la gloria de Dios. Pero desearla y pedirla sin decidirse a padecerlo todo es una locura y una petición extravagante: No sabéis lo que pedís.
Tenemos que pasar mucho... Si, es una necesidad, algo indispensable. Tenemos que pasar mucho para entrar en el Reino de Dios (Hech. 14,22).
Para los hijos de Dios, Con razón os gloriáis de ser hijos de Dios. Gloriaos asimismo de los azotes que este Padre bondadoso os ha dado y dará, pues da azotes a todos sus hijos.
Si no sois del número de sus hijos predilectos, ¡qué desgracia, qué maldición! Pues pertenecéis al número de los réprobos, como dice San Agustín.
«Quien no gime en este mundo como peregrino y extranjero, no puede alegrarse en el otro como ciudadano del cielo» -
añade el mismo santo-.
Si Dios Padre no os envía, de vez en cuando, alguna cruz importante, es señal de que no se preocupa de vosotros.
Está enfadado y os considera como extraños y ajenos a su casa y protección. O como hijos bastardos, que no merecen tener par e en la herencia de su padre ni tampoco son dignos de sus cuidados y correcciones.
Para los discípulos de un Díos crucificado, Amigos de la Cruz, discípulos de un Dios crucificado: el misterio de la cruz es un misterio ignorado por los gentiles, rechazado por los judíos, menospreciado por los herejes y malos cristianos.
Pero es el gran misterio que tenéis que aprender en la práctica, en la escuela de Jesucristo.
Solamente en su escuela lo podéis aprender. En vano rebuscaréis en todas las academias de la Antigüedad algún filósofo que lo haya enseñado. En vano consultaréis la luz de los sentidos y de la razón. Sólo Jesucristo puede enseñaros y haceros saborear ese misterio por su gracia triunfante.
Adiestraos, pues, en esta sobre eminente ciencia bajo la dirección de tan excelente Maestro, y poseeréis todas las demás ciencias, ya que ésta las encierra a todas en grado eminente. Ella es nuestra filosofía natural y sobrenatural, nuestra teología divina y misteriosa, nuestra piedra filosofal, que -por la paciencia- cambia los metales más toscos en preciosos; los dolores más agudos, en delicias; la pobreza, en riqueza; y las humillaciones más profundas, en gloria.
Aquel de vosotros que sepa llevar mejor su cruz -aunque, por otra parte, sea un analfabeto-, es más sabio que todos los demás.
Escuchad al gran San Pablo, que, al bajar del tercer cielo -donde aprendió misterios escondidos a los mismos ángeles-, exclama que no sabe ni quiere saber nada fuera de Jesucristo crucificado.
¡Alégrate, pues, tú, pobre ignorante; tú, humilde mujer sin talento ni letras; si sabes sufrir con alegría, sabes más que un doctor de la Sorbona que no sepa sufrir tan bien como tú!, Para los miembros de Jesucristo, Sois miembros de Jesucristo.
¡Qué honor! Pero ¡qué necesidad tan imperiosa de padecer implica el serio! Si la Cabeza está coronada de espinas, ¿lo serán de rosas los miembros? Si la Cabeza es escarnecida y cubierta de lodo camino del Calvario, ¿querrán los miembros vivir perfumados y en un trono de gloria? Si la Cabeza no tiene donde reclinarse, ¿descansarán los miembros entre plumas y edredones!.
¡Eso sería monstruosidad inaudita! ¡No, no, mis queridos Compañeros de la Cruz! No os hagáis ilusiones. Esos cristianos que veis por todas partes trajeados a la moda, en extremo delicados, altivos y engreídos hasta el exceso, no son los verdaderos discípulos de Jesús crucificado.
Y, si pensáis lo contrario, estáis afrentando a esa Cabeza coronada de espinas y a la verdad de¡ Evangelio. ¡Válgame Dios! ¡Cuántas caricaturas de cristianos que pretenden ser miembros de Jesucristo, cuando en realidad son sus más alevosos perseguidores, porque mientras hacen con la mano la señal de la cruz, son sus enemigos en el corazón!.
Si os preciáis de ser guiados por el mismo espíritu de Jesucristo y vivir la misma vida de quien es vuestra Cabeza coronada de espinas, no esperéis sino abrojos, azotes, clavos; en una palabra, cruz. Pues es necesario que el discípulo sea tratado como el Maestro, los miembros como la Cabeza.
Y, si el cielo os ofrece -como a Santa Catalina de Siena- una corona de espinas y otra de rosas, escoged sin vacilar la de espinas y hundidla en vuestra cabeza para asemejaros a Jesucristo.
Para los templos del Espíritu Santo, Sabéis que sois templos vivos del Espíritu Santo. Como otras tantas piedras vivas, tenéis que ser colocados por ese Dios de amor en el templo de la Jerusalén celestial.
Disponeos, pues, para ser labrados, cercenados, cincelados por el martillo de la cruz. De lo contrario, quedaréis como piedras toscas, que no sirven para nada, se desprecian y arrojan lejos.
¡Cuidado con resistir al martillo que os golpea! ¡Cuidado con oponeros al cincel que os labra, a la mano que os pule! ¡Tal vez ese diestro y amoroso arquitecto desea convertiros en una de las piedras principales de su edificio eterno, en uno de los retablos más hermosos de su reino celestial!.
Dejadle actuar; os quiere, sabe lo que hace tiene experiencia, cada uno de sus golpes es acertado y amoroso, no da ninguno en falso, a no ser que vuestra impaciencia lo inutilice.
El Espíritu Santo compara la cruz: -unas veces, a una criba que separa el buen grano de la paja y la hojarasca: dejaos sacudir y zarandear como el grano en la criba, sin oponer resistencia; estáis en la criba del Padre de familia, y pronto estaréis en su granero; -otra veces, la compara al fuego, que quita el orín al hierro mediante la viveza de sus llamas: nuestro Dios es un fuego devorador; mediante la cruz, permanece en e¡ alma para purificarla, sin consumirla, como en otro tiempo en la zarza ardiente; -otras veces, la compara al crisol de una fragua, donde el oro auténtico queda refinado, mientras el falso se desvanece en humo: el bueno sufre con paciencia la prueba del fuego, mientras el malo se eleva hecho humo contra las llamas.
En el crisol de la tribulación y de la tentación, los auténticos Amigos de la Cruz se purifican mediante la paciencia, mientras que los enemigos se desvanecen en humo a causa de sus impaciencias y murmuraciones.
Hay que sufrir como los santos, Mirad, Amigos de la Cruz; mirad delante de vosotros una inmensa nube de testigos. Sin decir palabra, prueban cuanto os tengo dicho. Ved desfilar ante vosotros un Abel justo y muerto por su hermano; un Abrahán justo y extranjero en la tierra; un Lot justo y arrojado de su país; un Jacob justo y perseguido por su hermano; un Tobías justo y afligido de ceguera; un Job justo y empobrecido, humillado y hecho una llaga de pies a cabeza.
Mirad a tantos apóstoles y mártires teñidos con su propia sangre; a tantas vírgenes y confesores empobrecidos, humillados, arrojados, despreciados. Todos ellos exclaman con San Pablo: Mirad a nuestro bondadoso Jesús, el autor y consumador de la fe que tenemos en él y en su cruz. Tuvo que padecer para entrar, por la cruz, en su gloria.
Mirad, al lado de Jesús, una espada afilada, que penetra hasta el fondo en el tierno e inocente corazón de María, que nunca tuvo pecado alguno, ni original ni actual.
¡Lástima que no pueda extenderme aquí sobre los padecimientos de Jesús y María, para hacer ver que lo que sufrimos no es nada en comparación con lo que ellos sufrieron!.
Después de esto, ¿quién de nosotros podrá eximirse de llevar su cruz? ¿Quién no volará con presteza a los parajes donde sabe que le espera la cruz? ¿Quién no exclamará con San Ignacio Mártir: «¡Que el fuego, la horca, las bestias y los tormentos todos del demonio vengan sobre mí para que yo pueda gozar de Jesucristo!», o como réprobos.
Pero, en fin, si no queréis sufrir con paciencia y llevar vuestra cruz con resignación, como los predestinados, tendréis que llevarla entre murmullos e impaciencias, como los réprobos.
Os pareceréis a aquellos dos animales que arrastraban el arca de la alianza mugiendo. Imitaréis a Simón Cirineo, quien, a pesar suyo, echó mano a la cruz misma de Jesucristo, pero no cesaba de murmurar mientras la llevaba.
En fin, os sucederá lo que al mal ladrón, quien desde lo alto de la cruz se precipitó al fondo de los abismos.
¡No, no! Esta tierra maldita donde vivimos no cría hombres felices. No se ve muy bien en este país de tinieblas. No se está muy seguro en este mar borrascoso. No se pueden evitar los combates en este lugar de tentaciones y en este campo de batalla.
No es posible evitar los pinchazos en esta tierra cubierta de espinas. De buen grado o por fuerza, los predestinados y los réprobos han de llevar su cruz.
Tened presente estos cuatro versos: Escógete una cruz de las tres del Calvario; escoge sabiamente, puesto que es necesario, padecer como santo o como penitente, o como sufre un réprobo que pena eternamente.
Lo que significa que, si no queréis sufrir con alegría, como Jesucristo; o con paciencia, como el buen ladrón, tendréis que sufrir, mal que os pese, como el mal ladrón; tendréis que apurar hasta las heces el cáliz más amargo, sin ningún consuelo de la gracia; tendréis que llevar todo el peso de vuestra cruz sin la ayuda poderosa de Jesucristo.
Además, tendréis que llevar el peso inevitable que el demonio añadirá a vuestra cruz por la impaciencia a la que os arrastrará. Así, después de haber sido unos desgraciados en esta tierra -como el mal ladrón-, iréis a reuniros con él en las llamas.
«Nada tan útil ni tan dulce», Por el contrario, si sufrís como conviene, la cruz se os hará yugo muy suave, que Jesucristo llevará con vosotros. La cruz vendrá a ser como las dos alas del alma que se eleva al cielo; vendrá a ser el mástil de la nave que os llevará al puerto de la salvación feliz y fácilmente.
Llevad vuestra cruz con paciencia; esta cruz, bien llevada, os alumbrará en vuestras tinieblas espirituales, pues quien no ha sido probado por la tentación, sabe bien poco (Eclo. 34).
Llevad vuestra cruz con alegría, y os veréis abrasados en el amor divino, pues, sin cruces ni dolor, no se vive en el amor.
Las rosas se recogen entre espinas. Sólo la cruz alimenta el amor de Dios, como leña el fuego.
Recordad esta hermosa sentencia de la Imitación de Cristo: «Cuanta violencia os hagáis sufriendo con paciencia, tanto progresaréis en el amor divino».
Nada importante se puede esperar de esos cristianos indolentes y perezosos que rehúsan la cruz cuando les llega y que jamás se buscan prudentemente alguna por su cuenta.
Son tierra inculta, que no producirá sino espinas, por no haber sido roturada, desmenuzada y removida por un experto labrador.
Son como aguas encharcadas, que no sirven para lavar ni para beber.
Llevad vuestra cruz con alegría. Encontraréis en ella una fuerza victoriosa, a la cual ningún enemigo vuestro podrá resistir; una dulzura encantadora, con la cual nada se puede comparar.
Sí, hermanos, sabed que el verdadero paraíso terrenal consiste en sufrir algo por Jesucristo.
Preguntad a todos los santos. Os contestarán que jamás gozaron tanto ni sintieron mayores delicias en el alma como en medio de sus mayores tormentos.
«Vengan sobre mí todos los tormentos del demonio», decía San Ignacio Mártir.
«O padecer o morir», decía Santa Teresa.
«No morir, sino padecer», decía Santa Magdalena de Pazzi.
«Padecer y ser despreciado por ti», decía San Juan de la Cruz.
Y tantos otros hablaron el mismo lenguaje, como leemos en sus biografías.
Confiad en Dios, carísimos hermanos. Cuando padecemos con alegría y por Dios, la cruz se convierte en objeto de toda clase de alegrías para toda clase de personas, dice el Espíritu Santo.
-La alegría de la cruz es mayor que la del pobre que se ve colmado de toda clase de riquezas.
-Es mayor que la del mercader que gana millones. Mayor que la del general que lleva su ejército a la victoria.
-Mayor que la de los prisioneros que se ven liberados de sus cadenas.
En fin, imaginad las mayores alegrías de esta tierra: todas quedan superadas por la alegría de una persona crucificada que sepa sufrir bien. «Nada tan glorioso».
Regocijaos, pues, y saltad de alegría cuando Dios os regale alguna cruz. Porque, sin daros cuenta, lo más valioso que existe en el cielo y en el mismo Dios recae sobre vosotros.
¡Magnífico regalo de Dios es la cruz!
De entenderlo, encargarías misas, harías novenas en los sepulcros de los santos, emprenderías largas peregrinaciones -como lo hicieron los santos- para obtener del cielo este regalo divino.
El mundo la llama locura; infamia, necedad, indiscreción, imprudencia; dejad hablar a esos ciegos.
Su ceguera -que les lleva a juzgar humanamente de la cruz, muy al revés de lo que es en realidad- forma parte de nuestra gloria.
Y cada vez que nos proporcionan alguna cruz por sus desprecios y persecuciones, nos regalan joyas; nos elevan al trono y nos coronan de laureles.
Pero ¿qué estoy diciendo? Todas las riquezas, los honores, los cetros; todas las coronas brillantes de los potentados y emperadores, no se pueden comparar con la gloria de la cruz, dice San Juan Crisóstomo. Supera la gloria del apóstol y del escritor sagrado.
Este santo varón, iluminado por el Espíritu Santo, añade: «Si me fuera dado, dejaría gustoso el cielo para padecer por el Dios del cielo.
A los tronos del imperio, prefiero las cárceles y las mazmorras. Me apetecen más las mayores cruces que la gloria de los serafines.
Aprecio menos el don de milagros -con el cual se domina a los demonios, se desatan los elementos, se detiene al sol, se da vida a los muertos- que el honor de sufrir.
San Pedro y San Pablo son más gloriosos en sus calabozos, con los grillos en los pies, que cuando son arrebatados al tercer cielo y reciben las llaves del paraíso».
En efecto, ¿no dio la cruz a Jesucristo el Nombre sobre-todo-nombre, de modo que, al nombre de Jesús, toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra y en el abismo? (Fil. 2, 9-10).
Tan grande es la gloria de una persona que sabe sufrir, que el cielo, los ángeles, los hombres y el mismo Dios del cielo la contemplan con alegría, como el espectáculo más glorioso.
- Si los santos tuvieran algún deseo, sería el de volver a la tierra para llevar algunas cruces –
Ahora bien, si ya en la tierra es tan grande la gloria de la cruz, ¿cuál no será la que adquiera en el cielo?.
¿Quién explicará y entenderá jamás la riqueza eterna de gloria (2 Cor. 4, 17) que nos consigue el llevar la cruz como se debe por un corto instante?
¿Quién entenderá la gloria que se adquiere para el cielo en un año y -a veces- en toda una vida de cruces y dolores?.
Por cierto, queridos Amigos de la Cruz, el cielo os prepara para algo grande -dice un gran santo-, ya que el Espíritu Santo os une tan estrechamente en una cosa, que todo el mundo huye con tanto cuidado.
No cabe duda: Dios quiere formar tantos santos y santas cuantos Amigos de la Cruz existen, si permanecéis fieles a vuestra vocación, si lleváis vuestra cruz como se debe, es decir, como la llevó Jesucristo.
4. «Y me siga», Pero no basta sufrir, el demonio y el mundo tienen sus mártires. Hay que sufrir y llevar la cruz en pos de Jesucristo: ¡me siga! Es decir, hay que llevar la cruz como la llevó él. Para lograrlo, he aquí las reglas que debéis guardar: Las catorce reglas, No buscarte cruces.
1. No os busquéis cruces de propósito y por cuenta propia. No hay que hacer el mal para que se logre el bien. Sin inspiración especial, no hay que hacer las cosas mal, para atraerse el desprecio de los hombres. Sino imitar a Jesucristo, de quien se dijo: ¡Qué bien lo hace todo! (Mc. 7,37).
No se debe obrar por amor propio o vanidad, sino para agradar a Dios y convertir al prójimo. Si os dedicáis a cumplir con vuestros deberes lo mejor posible, no os faltarán contradicciones, persecuciones ni desprecios. La Divina Providencia os los enviará sin que vosotros lo queráis o elijáis.
Tener en cuenta el bien del prójimo.
2. Si os disponéis a hacer algo en sí indiferente, que -aunque sin motivo- pudiera escandalizar al prójimo, absteneos de hacerlo por caridad, para evitar el escándalo de los débiles. El acto heroico de caridad que hacéis en esta circunstancia vale infinitamente más de lo que hacíais o querías hacer.
Pero, si el bien que vais a hacer es necesario o útil al prójimo, aunque algún fariseo o espíritu malintencionado se escandalice sin motivo, consultad a una persona prudente para saber si lo que hacéis es necesario o útil al prójimo en general. Si ella lo juzga así, proseguid vuestra obra y dejadles hablar, con tal que os dejen actuar.
Contestad entonces como nuestro Señor a algunos discípulos suyos cuando vinieron a decirles que los escribas y fariseos estaban escandalizados por sus palabras y acciones: Dejadlos; son ciegos (Mt. 15, 14).
No pretender actuar como los grandes santos.
3. Algunos santos y varones ilustres pidieron, buscaron e incluso se procuraron cruces, desprecios y humillaciones mediante actuaciones ridículas. Adoremos y admiremos la actuación extraordinaria del Espíritu Santo en sus almas y humillémonos a la vista de virtud tan sublime.
Pero no pretendamos volar tan alto; pues, comparados con estas águilas veloces y estos leones rugientes, no somos más que gallinas mojadas y perros muertos.
Pedir a Dios la Sabiduría de la Cruz.
4. Sin embargo, podéis y debéis pedir la sabiduría de la cruz; ciencia sabrosa y experimental de la verdad que permite contemplar, a la luz de la fe, los misterios más ocultos; entre ellos, el de la cruz.
Sabiduría que no se alcanza sino mediante duros trabajos, profundas humillaciones y fervientes oraciones.
Si necesitáis este espíritu generoso, que ayuda a llevar con valor las cruces más pesadas; este espíritu bueno y suave, que hace saborear -en la parte superior del alma- las amarguras más repugnantes; este espíritu puro y recto, que sólo busca a Dios; esta ciencia de la cruz, que encierra todas las cosas; en una palabra, este tesoro infinito que nos hace partícipes de la amistad de Dios, pedid la sabiduría; pedidla incesante e insistentemente, sin titubeos, sin temor de no alcanzarla, e infaliblemente la obtendréis.
Entonces comprenderéis, por experiencia propia, cómo se puede llegar a desear, buscar y saborear la cruz.
Humillarse por las propias faltas, pero sin turbación.
5. Cuando por ignorancia, o aun por culpa vuestra, cometáis alguna torpeza que os acarree alguna cruz, humillaos inmediatamente dentro de vosotros mismos bajo la poderosa mano de Dios, sin turbación voluntaria, diciendo -por ejemplo- en vuestro interior: «¡Estos son, Señor, los frutos de mi huerto!».
Y si en vuestra falta hubiere algún pecado, aceptad la humillación como castigo de vuestro orgullo.
Muy a menudo, Dios permite que sus mejores servidores, los más elevados en gracia, cometan faltas de las más humillantes, para empequeñecerlos a sus propios ojos y delante de los hombres, para quitarles la vista y el pensamiento orgulloso de las gracias que El les comunica y el bien que hacen, de modo que ningún mortal pueda gloriarse ante Dios (1 Cor. 1,29), como dice el Espíritu Santo.
Dios nos humilla para purificarnos.
6. Tened la plena seguridad de que cuanto hay en nosotros se halla completamente corrompido por el pecado de Adán y por nuestros pecados actuales. No sólo los sentidos del cuerpo, sino también todas las potencias del alma.
Por ello, cuando nuestro espíritu corrompido mira algún don de Dios en nosotros, pensando en él y saboreándolo, ese don, esa acción, esa gracia se manchan y corrompen totalmente y Dios aparta de ella su divina mirada.
Si ya las miradas y pensamientos humanos echan a perder así las mejores acciones y los dones más excelentes, ¿qué diremos de los actos de la voluntad propia, aún más corrompidos que los actos del entendimiento?, No nos extrañemos, pues, de que Dios se complazca en ocultar al amparo de su rostro, para que no los manchen las miradas de los hombres ni su propio conocimiento.
Y para mantenerlos ocultos, ¡qué cosas no permite y hace ese Dios celoso! ¡Cuántas humillaciones les procura! ¡Cuántos tropiezos permite! ¡En cuántas tentaciones permite que se vean envueltos, como San Pablo!.
¡En qué incertidumbres, tinieblas y perplejidades les deja! ¡Oh! ¡Cuán admirable es Dios en sus santos y en los caminos por los cuales los conduce a la humildad y a la santidad.
Evitar los engaños del orgullo.
7. ¡Mucho cuidado! No vayáis a creer -como los devotos orgullosos y engreídos- que vuestras cruces son grandes, que son prueba de vuestra fidelidad y testimonio de un amor singular de Dios por vosotros.
Este engaño del orgullo espiritual es muy sutil e ingenioso, pero lleno de veneno.
Pensad más bien: Que vuestro orgullo y delicadeza os llevan a considerar como vigas las pajas, como llagas las picaduras, como elefantes los ratones; una palabrita que se lleva el viento -una nadería en realidad-, como una injuria atroz y un cruel abandono; que las cruces que Dios os manda no son en realidad sino castigos amorosos por vuestros pecados, y no pruebas de una benevolencia especial; que por más cruces y humillaciones que Dios os envíe, os perdona infinitamente más, dado el número y la gravedad de vuestros crímenes.
En efecto, éstos hay que considerarlos a la luz de la santidad de Dios, que no soporta nada impuro y a quien vosotros habéis ofendido; a la luz de un Dios que muere, abrumado de dolor a causa de vuestros pecados; al trasluz de un infierno eterno, que habéis merecido mil y quizás cien mil veces.
Que mezcláis lo humano y natural, mucho más de lo que creéis, con la paciencia con que padecéis; prueba de ello son esos miramientos, esa velada búsqueda de consuelos, esas efusiones tan naturales con los amigos y tal vez con vuestro director espiritual, esas disculpas rebuscadas e inmediatas, esas quejas -o más bien maledicencias contra quienes os han hecho daño- tan bien formuladas y tan caritativamente dichas y ese volver y revolver deleitosamente los propios males, esa creencia luciferina de que sois de gran valía, etc.
No acabaría nunca si quisiera describir aquí las vueltas y revueltas de la naturaleza, incluso en los sufrimientos.
Aprovechad los sufrimientos pequeños más que los grandes.
8. Aprovechad los sufrimientos pequeños más aún que los grandes. Dios no repara tanto en lo que se sufre cuanto en cómo se sufre. Sufrir mucho, pero mal, es sufrir como condenados; sufrir mucho y con valor, pero por una causa mala,
es sufrir como mártires del demonio; sufrir poco o mucho por Dios, es sufrir como santos.
Si podernos escoger nuestras cruces, optemos por las mas pequeñas y deslucidas cuando se presenten junto a grandiosas y espléndidas.
El orgullo natural puede pedir, buscar y aun escoger cruces grandiosas y brillantes.
Pero escoger y llevar alegremente las cruces pequeñas y sin brillo sólo puede ser efecto de una gracia singular y de una fidelidad particular a Dios.
Actuad, pues, como el mercader en su mostrador, sacad provecho de todo, no desperdiciéis ni la menor partícula de la cruz verdadera, aunque sólo sea la picadura de un mosquito o de un alfiler; las insignificantes singularidades del vecino, una pequeña injuria involuntaria, la pérdida de algunos centavos, un ligero malestar, etc.
Sacad provecho de todo, como el tendero en su tienda, y os enriqueceréis según Dios, como se enrique él colocando centavo sobre centavo en su mostrador.
Y a la menor contrariedad que os sobrevenga, decid: «¡Bendito sea Dios! ¡Gracias, Dios mío!» Guardad luego en la memoria de Dios -que es como vuestra alcancía- la cruz que acabáis de ganar y no os acordéis más de ella sino para decir: «¡ Mil gracias, Señor!» o «¡Misericordia!».
Amar la cruz con amor sobrenatural.
9. Cuando se os habla de amor a la cruz no se trata de un amor sensible. Este es imposible a la naturaleza en esta materia.
Hay que distinguir tres clases de amores: el amor sensible, el amor racional, el amor fiel y supremo. Dicho de otro modo: el amor de la parte inferior, que es la carne; el amor de la parte superior, que es la razón; el amor de la parte superior o cima del alma. que es el entendimiento iluminado por la fe.
Dios no os pide amar la cruz con la voluntad de la carne. Siendo ésta completamente corrompida y criminal, todo lo que sale de ella está corrompido; es más, no puede someterse por sí misma a la voluntad de Dios y a su ley crucificante.
Por eso, Nuestro Señor, hablando de ella en el huerto de los Olivos, exclama: Padre, no se haga mi voluntad, sino la tuya (Lc. 22,47).
La parte inferior del hombre, en Jesucristo -en quien todo era santo- no pudo amar la cruz sin interrupción; la nuestra –
que es toda corrupción- la rechazará con mayor razón.
Es cierto que podemos, a veces -como algunos santos-, experimentar una alegría sensible en nuestros sufrimientos.
Pero esta alegría no proviene de la carne, aunque esté en la carne. Viene de la parte superior. La cual se encuentra tan llena de la alegría divina del Espíritu Santo, que llega a redundar en la parte inferior.
En estos momentos, la persona más crucificada puede decir: Mi corazón y mí carne retozan por el Dios vivo (Sal. 84).
Existe otro amor a la cruz que llamo razonable; radica en la parte superior, que es la razón. Es un amor totalmente espiritual. Nace del conocimiento de la felicidad que hay en sufrir por Dios.
Por ello es perceptible y aun es percibido por el alma, a la que alegra y fortalece interiormente. Pero ese amor racional y percibido, aunque bueno y muy bueno, no es siempre necesario para sufrir con alegría y según Dios.
Pues existe otro amor. De la cima o ápice del alma, dicen los maestros de la vida espiritual; de la inteligencia, dicen los filósofos. Mediante este amor, aún sin sentir alegría alguna en los sentidos, sin percibir gozo razonable alguno en el alma, amamos y saboreamos, mediante la luz de la fe desnuda, la cruz que llevamos.
Mientras tanto, muchas veces todo es guerra y sobresalto en la parte inferior, que gime, se queja, llora y busca alivio.
Entonces decimos con Jesucristo: Padre, no se haga mi voluntad, sino la tuya (Lc. 22,52).
O con la Santísima Virgen: Aquí está la esclava del Señor, hágase en mi según tu palabra (Lc. 1,38).
Con uno de estos dos amores de la parte superior hemos de amar y aceptar la cruz.
Sufrir toda clase de cruces, sin excepción ni selección.
10. Decidíos, queridos Amigos de la Cruz, a padecer toda clase de cruces, sin elegirlas ni seleccionarlas; toda clase de pobreza, humillación, contradicción, sequedad, abandono, dolor psíquico o físico, diciendo siempre: Pronto está mi corazón, ¡oh Dios !- está mi corazón dispuesto (Sal. 57).
Disponeos, pues, a ser abandonados de los hombres, y de los ángeles y hasta del mismo Dios; a ser perseguidos, envidiados, traicionados, calumniados, desacreditados y abandonados de todos; a padecer hambre, sed, mendicidad, desnudez, destierro, cárcel, horca y toda clase de suplicios, aunque no los hayáis merecido por los crímenes que se os imputan.
Imaginaos, por último, que después de haber perdido los bienes y el honor, después de haber sido arrojados de vuestra casa -como Job y Santa Isabel de Hungría, se os lanza al lodo, como a está Santa, o se os arrastra a un estercolero, como a Job, maloliente y cubierto de úlceras, sin un retazo de tela para cubrir vuestras llagas, sin un trozo de pan -que no se niega al perro ni al caballo-, y que, en medio de tales extremos, Dios os abandona a todas las tentaciones del demonio, sin derramar en vuestra alma el más leve consuelo espiritual.
Ahí tenéis, creedlo firmemente, la meta suprema de la gloria divina y la felicidad verdadera de un auténtico y perfecto Amigo de la Cruz.
Cuatro motivos para sufrir como se debe.
11. Para animaros a sufrir como se debe, acostumbraros a considerar esta cuatro cosas: a) La mirada de Dios.
En primer lugar, la mirada de Dios. Como un gran rey, desde lo alto de una torre, contempla a sus soldados en medio de la pelea, complacido y alabando su valor. ¿Qué contempla Dios sobre la tierra? ¿A los reyes y emperadores en sus tronos? -A menudo los mira con desprecio.
¿Mira las grandes victorias de los ejércitos del Estado, las piedras preciosas; en una palabra, las cosas que los hombres consideran grandes? -Lo que es grande para los hombres, es abominable ante Dios (Lc. 16,15).
Entonces, ¿qué es lo que mira con gozo y complacencia, pidiendo noticias de ello a los ángeles y a los mismos demonios?.
-Dios mira al hombre que lucha por él contra la fortuna; el mundo, el infierno y contra sí mismo, al hombre que lleva la cruz con alegría.
¿Has reparado sobre la tierra en una maravilla tan grande que el cielo entero la contempla con admiración?. -dice el Señor a Satanás- ¿Te has fijado en mi siervo Job, que sufre por mi? (Job. 2,3).
La mano de Dios.
En segundo lugar, considerad la mano de este poderoso Señor. Permite todo el mal que nos sobreviene de la naturaleza, desde el más grande hasta el más pequeño.
La misma mano que aniquiló a un ejército de cien mil hombres hace caer la hoja del árbol y el cabello de vuestra cabeza.
La mano que con tanta dureza hirió a Job, os roza con esa pequeña contrariedad. Con la misma mano hace el día y la noche, la luz y las tinieblas, el bien y el mal.
Permitió los pecados que os inquietan; no fue el autor de la malicia, pero permitió la acción. Así, pues, cuando os encontréis con un Semeí, que os injuria, os tira piedras como al rey David, decid interiormente: «No nos venguemos; dejémosle actuar, pues se lo ha mandado el Señor.
Reconozco que tengo merecido toda esta clase de ultrajes y que Dios me castiga con justicia.
¡Detente, brazo mío¡ ¡Refrénate, lengua mía! ¡No hieras! ¡No hables! Ese hombre o esa mujer que me dicen o infieren injurias son embajadores de Dios, y vienen enviados por su misericordia para vengarse amistosamente de mi.
No irritemos su justicia usurpando los derechos de su venganza. No menospreciemos su misericordia resistiendo a sus amorosos golpes. No sea que, para vengarse, nos remita a la estricta justicia de la eternidad».
¡Mirad! Con una mano todopoderosa e infinitamente prudente, Dios os sostiene, mientras os corrige con la otra. Con una mano mortifica, con la otra vivifica. Humilla y enaltece.
Con un brazo poderoso alcanza del uno al otro extremo de vuestra vida, suave y poderosamente: suavemente, porque no permite que seáis tentados y afligidos por encima de vuestras fuerzas; poderosamente, porque os ayuda por una gracia poderosa y proporcionada a la fuerza y duración de la tentación o aflicción.
Poderosamente también, porque -como lo dice el Espíritu de su santa Iglesia- se hace «vuestro apoyo al borde del precipicio ante el cual os halláis; vuestro compañero, si os extraviáis en el camino; vuestra sombra, si el calor os abrasa; vuestro vestido, si la lluvia os empapa y el frío os hiela; vuestro vehículo, si el cansancio os oprime; vuestro socorro, si la adversidad os acosa; vuestro bastón, si resbaláis en el camino; vuestro puerto, en medio de las tempestades que os amenazan con ruina y naufragio».
Las llagas y los dolores de Jesús crucificado.
En tercer lugar, contemplad las llagas y los dolores de Jesucristo crucificado. El mismo os dice: «¡Vosotros los que pasáis por el camino lleno de espinas y cruces por el que yo he transitado, mirad, fijaos; mirad con los ojos corporales y ved con los ojos de la contemplación si vuestra pobreza y desnudez, vuestros menosprecios, dolores y desamparos, son comparables con los míos.
Miradme a mí, el inocente, y quejaos vosotros, los culpables!.
Por boca de los apóstoles, el mismo Espíritu Santo nos ordena esa misma mirada a Jesucristo crucificado, nos ordena armarnos con este pensamiento, que constituye el arma más penetrante y terrible contra nuestros enemigos.
Cuando la pobreza; la abyección, el dolor, la tentación y otras cruces os ataquen, armaos con el pensamiento de Jesucristo crucificado; que os servirá de escudo, coraza, casco y espada de doble filo.
En él encontraréis la solución a todas vuestras dificultades y la victoria sobre cualquier enemigo; arriba... en el cielo; abajo, el infierno.
En cuarto lugar, mirad en el cielo la hermosa corona que os aguarda, con tal que llevéis debidamente vuestra cruz.
Esta recompensa sostuvo a los patriarcas y profetas en su fe y persecuciones, animó a los apóstoles y mártires en sus trabajos y tormentos.
Los patriarcas decían con Moisés: Preferimos ser afligidos con el Pueblo de Dios, para ser felices con él eternamente, a disfrutar de las ventajas pasajeras del pecado (Heb. 11,24).
Los profetas decían con David: Sufrimos grandes afrentas a causa de la recompensa. Los apóstoles y mártires decían con San Pablo: Somos como víctimas condenadas a muerte, como un espectáculo para el mundo, para los ángeles y para los hombres por nuestros padecimientos; como desecho y anatema del mundo (1 Cor. 4,9.13) a causa del peso eterno de gloria incalculable que nos prepara la momentánea y ligera tribulación (2 Cor. 4,17).
Miremos por encima de nosotros a los ángeles, que nos gritan: «Cuidado con perder la corona destinada a recompensar la cruz que os ha tocado -con tal que la llevéis como se debe-.
Si no la lleváis debidamente, otro lo hará y se llevará vuestra corona». «Luchad con valentía, sufrid con paciencia -nos dicen todos los santos-, y recibiréis un reino eterno».
Escuchemos, por fin, a Jesucristo, que nos dice: -«Sólo premiaré a quien haya padecido y vencido por su paciencia»-
Miremos abajo el sitio que merecemos. Nos aguarda en el infierno, junto al mal ladrón y a los réprobos, si nuestro padecer -como el suyo- va acompañado de murmuraciones, despecho y venganza.
Y exclamemos con San Agustín: «Quema, Señor; corta, poda, divide en esta vida en castigo de mis pecados, con tal que me perdones en la eternidad».
No quejarse jamás de las criaturas.
12. No os quejéis jamás voluntariamente y con murmuraciones de las criaturas que Dios utiliza para afligiros.
-Observad que se dan tres clases de quejas en las penas.
- La primera es involuntaria y natural: es la del cuerpo que gime; suspira, se queja, llora, y se lamenta.
Como ya dije, si el alma en su parte superior está sometida a la voluntad de Dios, no hay ningún pecado.
- La segunda es razonable: nos quejamos y descubrimos nuestro mal a quienes pueden remediarlo: al superior, al médico.
Esta queja puede constituir una imperfección si es demasiado intempestiva, pero no es pecado.
- La tercera es criminal.
Se da cuando nos quejamos al prójimo para librarnos del mal que nos inflige o para vengarnos, o cuando nos quejamos del dolor que padecemos, consintiendo en esta queja y añadiéndole impaciencia y murmuración.
13. No recibáis nunca la cruz sin besarla humildemente con agradecimiento.
Si Dios en su bondad os regala alguna cruz algo importante, dadle gracias de una manera especial y pedid a otros que hagan lo mismo.
-A ejemplo de aquella pobre mujer que, habiendo perdido todos sus bienes a causa de un pleito injusto, con la única moneda que le quedaba mandó inmediatamente celebrar una misa para agradecer a Dios la buena suerte que había tenido.
Cargar con cruces voluntarias.
14. Si queréis haceros dignos de las cruces que os vendrán sin vuestra participación -son las mejores-
Cargaos con algunas cruces voluntarias, siguiendo el consejo de un buen director.
Por ejemplo: ¿Tenéis en casa algún mueble inútil al cual sentís cariño? -Dadlo a los pobres y decid: ¿Quisieras tener
cosas supérfluas, cuando Jesús es tan pobre?, ¿Os repugna algún manjar, algún acto de virtud, algún mal olor? –
Probad, practicad, oled; superaos.
¿Tenéis cariño excesivamente tierno o exagerado a una persona u objeto? -Apartaos, privaos, alejaos de lo que os halaga.
¿Sentís prisa natural por ver, actuar, aparecer en público, ir a tal o cual sitio? -Deteneos, callaos, ocultaos, apartad vuestra mirada.
¿Tenéis repugnancia natural a determinado objeto o persona? -Usadlo a menudo, frecuentad su trato: superaos.
Si sois auténticos Amigos de la Cruz, el amor -siempre ingenioso- os hará descubrir así la cantidad de cruces pequeñas.
Con ellas os enriqueceréis sin daros cuenta y sin temor a la vanidad, que a menudo se mezcla con la paciencia, cuando se llevan cruces relumbrantes.
Y, por haber sido fieles en lo poco, el Señor -como lo tiene prometido- os pondrá al frente de lo mucho, es decir, sobre la multitud de gracias que os dará, sobre multitud de cruces que os enviará, y sobre la Inmensa Gloria... que os preparará.