martes, 13 de julio de 2010

Merito y Desatencion que impresionar

Samuel Johnson luchó por años con la pobreza mientras trabajaba en su ENGLISH DICTIONARY, el primero en su tipo en ese idioma. Había preparado un prospecto y solicitó el patrocinio del Conde de Chesterfield, entre otros. El conde le envió 10 libras pero dijo que estaba demasiado ocupado para ver al doctor Johnson.

Próximo a que se terminara, Chesterfield oyó que era una obra meritoria y escribió dos ensayos muy elogiosos con la esperanza de que le dedicara la obra. Un reconocimiento común en esos días. La declinación de Johnson es una de las joyas del idioma inglés:


Milord:
Me ha informado recientemente el propietario del World, que dos artículos en los que se recomienda mi diccionario al público, fueron escritos por su señoría. Que me haya distinguido así es un honor, ya que, estando poco acostumbrado a recibir los favores de los grandes, no sé cómo recibirlos o cómo reconocerlos. Cuando alguien me animó, y visité por vez primera a vuestra señoría, quedé impresionado, como el resto de la humanidad, por su encanto; y no pude evitar desear poder enorgullecerme de ser Le vainqueur du vanquer de la terre - que pudiera obtener aquello por lo que el mundo luchaba; pero encontré que me prestaban tan poca atención que ni el orgullo ni la modestia me impidieron continuar. Cuando me dirigí una vez a su señoría en público había agotado el arte de agradar, todo el que un erudito retirado y sin roce cortesano pueda poseer. Había hecho todo lo que podía; y a ningún hombre le agrada que no se le preste atención a su todo, por pequeño que este sea.
Han pasado siete años, su señoría, desde que esperé en su antesala y no fui aceptado en su puerta; durante ese tiempo he proseguido con mi trabajo en medio de las dificultades, de las cuales es inútil quejarse, y al final he llegado al punto de su publicación, sin ninguna ayuda, una palabra de ánimo, una sonrisa o un favor. No esperaba tal trato, ya que nunca había solicitado un patrocinio.
No es un patrocinador, señor, el que observa sin preocuparse al hombre que lucha por su vida en el mar, y que cuando llega a tierra lo colma de ayuda. los elogios que ahora escribe sobre mi obra, si hubieran sido antes, hubieran sido bondadosos; pero los ha hecho usted ahora que he llegado a la indiferencia y no me producen gozo alguno; ahora soy un solitario y no puedo compartirlos; ahora que soy reconocido y no los quiero. Espero que no considere un rudo cinismo confesar no tener ninguna obligación cuando no he recibido ningún beneficio, o no desear que el público considere que le debo algo a patrocinador alguno, cuando la providencia me ayuda a lograr todo por mi propio esfuerzo.
Al llegar a este punto de mi trabajo sin ninguna obligación a ningún mecenas del conocimiento, no me consideraré decepcionado, aunque debo terminarlo, si lo menos es posible,con menos; porque hace ya mucho tiempo que desperté de ese sueño de esperanza, del cual tanto me enorgullecía con gran entusiasmo.
Milord.
el más humilde,
más obediente servidor
de su señoría,
Sam Johnson


Lord Chesterfield nunca contestó esta carta. Y cuando alguien inquiría al respecto, su señoría contestaba que "estaba muy bien escrita".

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