viernes, 9 de marzo de 2012

Chancay, Huacho y Lima espiados por los chilenos para la Guerra del Salitre.- Informe del soplón chileno Fernando Luis Juliet.

Chancay, Huacho y Lima espiados por los chilenos para la Guerra del Salitre.- Informe del soplón chileno Fernando Luis Juliet sobre el país que lo albergó y que contribuyó a destruir
Escribe: César Vásquez Bazán

Según lo reconoce Francisco Vidal Gormaz, responsable de la Oficina Hidrográfica de los genocidas de 1879, el nombre del espía chileno que preparó el informe que usted va a leer fue Fernando Luis Juliet. Según Vidal Gormaz, el agente Juliet era “un chileno bastante conocedor de la comarca que describe”.

No sabemos si el nombre del agente haya sido el verdadero. Tampoco tenemos información sobre el rol que encubrió las acciones de Juliet en el Perú. Probablemente haya sido un empleado del especulador norteamericano y contratista ferrocarrilero, el corrupto Henry Meiggs. Si hubiera sido así, paradójicamente, la paga que el espía chileno recibió en nuestro país fue abonada con recursos del erario fiscal peruano. Quizá Juliet pueda haber estado asociado con alguna casa comercial extranjera que operaba en el Perú de esa época. O pueda que haya cumplido su vil labor bajo la protección diplomática proporcionada por algún consulado chileno en nuestro país. Quizá algún lector tenga información que pueda compartir respecto a la identidad de este espía.

Lo que sí sabemos es que Juliet terminó su reporte el 9 de octubre de 1880, es decir tres meses antes que el ejército del sur ocupara la capital del Perú. También sabemos que los datos que proporcionó sirvieron para que los chilenos consumaran el genocidio y la rapiña en Lima y en la zona norte del departamento.

El nombre del folleto de la Oficina Hidrográfica de Chile en el que aparece el informe del espía Juliet lleva como título “Datos sobre los recursos y las vías de comunicación del litoral de las provincias de Chancay y de Lima”. Fue impreso en Santiago, en octubre de 1880, en los talleres de la Imprenta Nacional. Incluye una carta geográfica del territorio a que se refiere.

Haga clic sobre ésta y cada una las siguientes imágenes para ampliarlas en ventanas individuales y poder leer el original del folleto. También puede leerlo en la transcripción que ofrecemos al final de este post.
Según lo reconoce Francisco Vidal Gormaz, responsable de la Oficina Hidrográfica de los genocidas de 1879, el nombre del espía chileno que preparó el informe que usted va a leer fue Fernando Luis Juliet. Según Vidal Gormaz, el agente Juliet era “un chileno bastante conocedor de la comarca que describe”.

No sabemos si el nombre del agente haya sido el verdadero. Tampoco tenemos información sobre el rol que encubrió las acciones de Juliet en el Perú. Probablemente haya sido un empleado del especulador norteamericano y contratista ferrocarrilero, el corrupto Henry Meiggs. Si hubiera sido así, paradójicamente, la paga que el espía chileno recibió en nuestro país fue abonada con recursos del erario fiscal peruano. Quizá Juliet pueda haber estado asociado con alguna casa comercial extranjera que operaba en el Perú de esa época. O pueda que haya cumplido su vil labor bajo la protección diplomática proporcionada por algún consulado chileno en nuestro país. Quizá algún lector tenga información que pueda compartir respecto a la identidad de este espía.

Lo que sí sabemos es que Juliet terminó su reporte el 9 de octubre de 1880, es decir tres meses antes que el ejército del sur ocupara la capital del Perú. También sabemos que los datos que proporcionó sirvieron para que los chilenos consumaran el genocidio y la rapiña en Lima y en la zona norte del departamento.

El nombre del folleto de la Oficina Hidrográfica de Chile en el que aparece el informe del espía Juliet lleva como título “Datos sobre los recursos y las vías de comunicación del litoral de las provincias de Chancay y de Lima”. Fue impreso en Santiago, en octubre de 1880, en los talleres de la Imprenta Nacional. Incluye una carta geográfica del territorio a que se refiere.

Haga clic sobre ésta y cada una las siguientes imágenes para ampliarlas en ventanas individuales y poder leer el original del folleto. También puede leerlo en la transcripción que ofrecemos al final de este post.









DATOS SOBRE LOS RECURSOS Y LAS VÍAS DE COMUNICACIÓN DEL LITORAL DE LAS PROVINCIAS DE CHANCAY Y DE LIMA



Por la Oficina Hidrográfica



Santiago

Imprenta Nacional

1880

Oficina Hidrográfica de Chile

Hemos aceptado y publicamos los datos que for­man parte de este pequeño folleto, por sernos comu­nicados por un chileno bastante conocedor de la co­marca que describe. Les agregamos algunas noticias relativas al litoral extendido desde Supe hasta el Callao y una pequeña carta que copiamos del Atlas Geográfico de Paz Soldán, a fin de facilitar su inteligencia.

No obstante, nada nos es posible garantir, aten­dida la carencia de datos sobre la comarca; pero, al hacer esta publicación, creemos adelantar antece­dentes que tal vez merecen ser tomados en cuenta.

Santiago, octubre de 1880

Francisco Vidal Gormaz

Camino de Supe a Lima

I

El Perú, poseedor de una fácil riqueza como es el guano y el sa­litre, ha olvidado por completo el arreglo de sus vías de comunica­ción, que no sólo habrían dado impulso a su riqueza agrícola sino también importante desarrollo a su porvenir minero.

Entre los caminos fáciles, utilizables para la locomoción de toda clase de vehículos y en los que la superficie del suelo no presenta si­nuosidades, podemos citar todos aquellos que se encuentran en la zona de la costa y en especial la carretera que principiando en la ca­leta de Supe, termina en la Portada de Guías, que se halla en el barrio ultra-Rímac y a muy poca distancia de las colinas de Aman­caes, que dominando por completo la ciudad de Lima, constituyen una sola serie de alturas con el cerro de San Cristóbal.

Este camino recorre un trayecto de 30 leguas geográficas, o sean 166.5 kilómetros. Se dirige de norte a sur, por la región de la costa a la distancia de un kilómetro y va separándose del mar gradualmente hasta unos 10 kilómetros en su mayor distancia.

El terreno sobre que está trazado se parece a los demás de la costa del Perú, es decir, es ya plano y sólido en grandes extensiones, ya arenoso y blando en otras.

Las partes sólidas de este trayecto se encuentran en los valles de Supe, Huaura, Huacho, Chancay, Pasamayo y de Carabayllo a Lima. Las arenosas y blandas se encuentran en el espacio compren­dido entre los valles mencionados. Las distancias que separan aque­llos puntos, es decir la longitud de los tramos estériles y arenosos, aparecen en el cuadro siguiente:

De Supe a Convento........................... 2 kilómetros
De Convento a Huaura...................... 27 kilómetros
De Huacho a Chancay........................ 55 kilómetros
De Chancay al río Pasamayo............ 16 kilómetros
Da Pasamayo a Piedras Gordas....... 33 kilómetros

Estos arenales son pesados y monótonos, especialmente los del desierto de Huacho, en los meses de calor; pero en ciertas y conocidas partes se atenúan las dificultades que hay que vencer al atrave­sarlos, porque el piso toma una consistencia más firme, cuando al evaporarse las lloviznas de la mañana, dejan cristalizar las abun­dantes sales que encierra el suelo, fenómeno muy marcado en los meses de invierno y de primavera.

E1 más largo de los desiertos arenosos, como se ve por el cuadro anterior, es el de Huacho a Chancay; pero este trayecto presenta algunas ventajas, a causa de haberse verificado en él trabajos de terraplenamiento para la continuación de la línea férrea de Chancay y a Huacho.

El ancho que presenta este camino no deja que desear al tran­seúnte, pues facilita el paso de toda clase de animales y de vehículos. En los valles es tan abierto que fácilmente pueden marchar de frente doce caballos, y en el desierto cruza por dilatadas pampas en las que el viajero podría extraviarse si no le señalaran el rumbo grandes estacas de palo hincadas en el suelo y las osamentas de los animales de la Sierra que agobiados por el cansancio, por la falta de forraje y de agua, mueren en el camino abandonados por sus dueños.1

En las partes en que este camino es atravesado por los ríos que ya indicamos, se encuentran desigualdades rocosas y bosques de pimientos que nunca llegan a presentar dificultades tan serias que obliguen a paralizar la marcha del que conduciendo grandes carros o cureñas prefiere esta ruta a cualquiera otra para llegar hasta Lima.

Dando ahora una mirada retrospectiva sobre el camino que nos ocupa, creemos de nuestro deber hacer presente que como es la vía real de la costa norte del Perú, es también el punto en que convergen todos aquellos caminos que descienden de este a oeste por las quebra­das de Supe, Huacho, Pasamayo, Chillón y Rímac, y ponen en comunicación la costa con la Sierra de los departamentos de Ancash, Junín y otros departamentos más interiores, como Huánuco y Huancavelica y aún algunas provincias de Lima como Canta y Huarochirí.

II

La provincia de Chancay que tiene por capital la villa de Hua­cho y que comprende los distritos de Pativilca, Barranca, Checras, Supe, Paccho, Sayán, Huaura, Huacho, Chancay, Thaurí y Aucallama, con una población de 36,300 habitantes, es la provincia que en unión con el distrito de Carabayllo constituye para Lima y el Callao los puntos más ricos de sus inmediaciones, y de donde se proveen sus mercados de los mejores artículos de consumo y de primera necesi­dad, como son: el maíz, el arroz, el azúcar, las papas, el camote, la yuca, las aves de corral, el pescado, el ganado vacuno y lanar y los cerdos que, en número de 30,000 al año, se conducen a los merca­dos del Callao y Lima. Es así como la travesía por este territorio presenta con abundancia toda clase de víveres, con el agregado de un camino de superficie llana, provisto de agua y forraje suficiente para alimentar por mucho tiempo una numerosa caballada.

Otra ventaja que posee la provincia de Chancay en toda su extensión y que le proporciona otra riqueza, aunque de distinto orden, es su temperamento refractario a las tercianas y sumamente apropia­do para los convalecientes de enfermedades crónicas.

En el trayecto de Supe a Lima la naturaleza no prodiga en toda su extensión el agua y los terrenos fértiles y productivos; pero lo que se niega a repartir uniformemente, lo reconcentra en los valles ya citados, en donde la vegetación es exuberante, las aguas cristalinas y frescas, los sembrados numerosos y productivos, la temperatura deliciosa y casi invariable.

Hecha, pues, la descripción del camino en cuanto se refiere a su superficie y precisados ya los recursos de que se haya provisto, pasaremos a dar una idea orográfica del trayecto comprendido entre Chancay y Lima.

III

Desde el sur de Chancay a la ribera norte del río Pasamayo, se extiende un territorio cubierto de sinuosidades originadas por algu­nos cerros que en sus bases se abren para dar paso al camino de las haciendas de Pasamayo, Salinas y Boza y a la línea férrea de Chancay a Lima. Las gargantas que en este lugar presenta la travesía, aunque son cortas, son fáciles de evitar siempre que sea conveniente, si se emprende desde Chancay camino recto al este para cambiar rumbo, después de haber andado 2.5 kilómetros, al suroeste y con dirección a las haciendas de Salinas, Boza y Pasamayo.

Estos magníficos cañaverales tienen que ser forzosa etapa para el ejército que, prefiriendo esta ruta para llegar a Lima, deja hacia el poniente la línea férrea que desde el río Pasamayo a Ancón ha sido trazada por el estrecho espacio comprendido entre el cerro de Ancón y las olas del mar.

De las haciendas mencionadas se emprende la marcha con rumbo sur por el centro de la pampa de Ancón, dejándose al este la cadena de los cerros Stokes y al oeste el cerro de Ancón y el de Piedras o Montón de Trigo, que se extiende desde la punta Mulatas, de la bahía de Ancón, hasta la ribera norte del río Chillón, para for­mar una estrecha garganta con los cerros Stokes, que toma el nom­bre de Piedras Gordas.

El lugar llamado propiamente Piedras Gordas, es un estrecho desfiladero que merece toda atención, por ser una ventajosa posición militar para el ejército peruano. Dista sólo 22 kilómetros de Lima y ocupa una extensión de 5 kilómetros.

Los cerros Montón de Trigo y Stokes se juntan dejando al cen­tro una superficie completamente plana, cubierta en toda su extensión por hacinamientos aislados de grandes peñas. Después de este lugar continúa una estrecha quebrada, siendo los cerros que la cons­tituyen acantilados y cortados a pico. Más adelante desaparecen los cerros Stokes, pero queda siempre a la derecha y sobre el camino el cerro de Piedras o Montón de Trigo.

Pero esta formidable posición militar puede ser burlada con suma facilidad, tomándole a los 22 kilómetros de Pasamayo el camino que sale de Ancón para el pueblo de Carabayllo y que como es natural, corta el que va recto a Piedras Gordas. Esta medida, en caso que los peruanos ocuparan a Piedras Gordas, sería una importante estratagema de guerra que importaría al enemigo verse de un momen­to a otro con su retaguardia cortada, antes de haber apercibido el cambio de ruta que el ejército contrario había operado. Si es cierto que Piedras Gordas es una poderosa posición, tiene en su contra que su conformación montañosa está rodeada de llanuras extensas al norte y al sur.

Pasado el río Chillón se encuentra al oriente el cerro aislado de Amancaes que tiene una altitud de 754 metros, y que formando sus colinas una sola serie de alturas con el cerro de San Cristóbal, dominan la línea férrea de la Oroya y la ciudad de Lima en su totali­dad, sirviendo a la vez de elevado atalaya para observar la campi­ña de Lima, el Callao y el mar.

IV

Para emprender la marcha de Supe a Lima es necesario, tan pronto como se desembarque en Supe, abandonar la costa, por carecerse allí de agua, de víveres y de forraje. Estos elementos se consi­guen en abundancia a la distancia de 2 kilómetros al sureste, en los pueblos de Convento y de Supe, capital del distrito de su nombre.

En los caminos de la costa del Perú siempre es preferible em­prender la marcha por los arenales en las noches de luna, porque así se consigue que las bestias no se cansen ni se acaloren, al mismo tiempo que el fresco hace fácil aligerar el paso. Pero si no es posible emprender viaje a la luz de la luna o al fresco de la noche, debe abandonarse la etapa con la primera luz del alba, para llegar tem­prano al alojamiento y poder escoger con la luz del día el mejor punto para vivaquear y un buen abrevadero para la caballada, que es lo que más debe cuidarse en estas travesías.

El paso de los ríos no tiene nada de temible en los meses de mayo a diciembre inclusive, porque a más de ser muy extendidos arras­tran poco caudal de agua. En enero, febrero, marzo y aún en abril, aumentan tanto su caudal a causa de las lluvias en la sierra, que a veces llenan por completo el vado, haciendo imposible el tráfico por sus mismas aguas: en este caso, siempre que se pueda o se quiera, se puede aprovechar de los puentes de palo o de cal y piedra de que se hallan provistos.

El valle de Carabayllo, que es el espacio de terreno fértil com­prendido entre el rio Chillón y el Rímac, por una parte, y los cerros de Amancaes y San Jerónimo y el mar por otra, es el punto más apropiado para poner en jaque a Lima. Se encuentra provisto de numerosas haciendas de panllevar, con abundantes artículos de consumo, espaciosas casas y en el centro unas cuantas alturas aisladas que parecen fuertes colocados por la naturaleza para la destruc­ción de Lima. La distancia menor que existe de la plaza principal de Lima a las principales alturas del citado valle, no pasará de 3,500 metros.

Se sale de este valle para los demás que rodean a Lima, como el de la Magdalena, Ate Alto, Ate Bajo y Lurigancho, por el camino de la hacienda de San Agustín.

V

El que emprende marchas por el camino que nos ocupa, debe cargar siempre un pedazo de carne cocida, un depósito de agua y muy principalmente algunos trozos de caña de azúcar, que en el desierto desempeñan un rol aún más importante que el agua, pues mitigan no sólo la sed, sino también refresca la garganta, humedece la boca a la par que su abundante jugo sirve de un ligero alimento para el estómago. Los viajeros de la provincia de Chancay, para atravesar los arenales de Huacho y Ancón, cargan a la espalda unos cuantos trozos de la caña mencionada, absteniéndose por completo de conducir depósitos de agua para mitigar su sed.

VI

E1 itinerario del camino que hemos descrito es, para los viajeros a lomo de bestia, el siguiente, reconocido y aprobado por la Direc­ción General de Correos del Perú:

De Supe (costa) a Huaura ......... 6 leguas
A Chancay ................................... 12-18 leguas
A Lima ......................................... 12-30 leguas

Pero el que debe adoptarse al emprenderse marcha con gente de a pie y conduciendo un gran mobiliario, es el siguiente, fácil por demás y de cortas jornadas:

De Supe (caleta) al valle .......................... 1 legua
A Huaura ................................................... 5-6 leguas
A Huacho ................................................... 1-7 leguas
A la mitad del desierto............................. 5-12 leguas
A Chancay.................................................. 6-18 leguas
A Pasamayo y haciendas inmediatas..... 3-21 leguas
A Carabayllo o Tamboinca....................... 6-27 leguas
A Lima........................................................ 3-30 leguas

Repetiremos en conclusión que al fin de cada una de estas jor­nadas se encuentra todo género de elementos de mantención, excepto en las alturas de Salinas, camino del desierto.

Santiago, octubre 9 de 1880

Fernando Luis Juliet

La costa de Supe al Callao

VII

Bahía Supe.- Es buena, abrigada y con buen tenedero, siempre que se fondee sobre 8 a 12 metros de profundidad, y a 1 ó 2 cables de tierra, frente a las chozas vecinas a la costa.

El desembarcadero es cómodo sobre la playa de arena del sur, no obstante de existir siempre alguna resaca. No hay muelle, por lo que el embarco de los frutos se hace por medio de embarcaciones pequeñas.

Supe es puerto menor, y la villa de su nombre es la capital del dis­trito y de la provincia de Chancay, del departamento de Lima. Que­da a 2 millas al sureste del puerto y cuenta con 2,000 habitantes. Abun­da en toda clase de víveres frescos y en frutas. Dista 34 kilómetros de Huaura, 100 de Chancay y 167 de Lima.

Puerto Végueta.- Se encuentra a 12.5 millas al SE¼S de Supe. Tiene tan poco abrigo, que su playa se halla batida casi cons­tantemente por una fuerte resaca que la hace inaccesible para toda operación de importancia. La isla Don Martín es la mejor marca para reconocer a Végueta.

Bahía Carquín.- Es mala y sin acceso posible para operaciones o desembarcos de alguna importancia; queda 5 millas al sureste de Végueta y, así como la de ésta, su playa se encuentra siempre batida por una fuerte resaca.

Puerto de Huacho.- Se halla a sólo 2.5 millas al sureste de Carquín y ofrece surgidero mediocre sobre 8 a 13 metros de agua, por frente a la playa del sureste y a 2.5 o 3 cables de la costa.

Huacho es un puerto menor de alguna importancia, muy abundante en frutas y provisiones frescas y con buena aguada. El desembar­co se hace por medio de un muelle; bastante fácil en tiempos normales, se hace molesto cuando hay bravezas.

Ciudad de Huacho.- Queda como una milla al norte del desem­barcadero del puerto de su nombre, con el que se comunica por medio de carruajes o de cabalgaduras. Antes de llegar a la ciudad hay que ascender una cuesta bien pendiente.

Huacho es la capital de la provincia de Chancay y del distrito de su denominación, en el departamento de Lima. Su población no alcanza a 2,000 almas; es un pueblo nuevo, bien delineado y con anchas calles. Progresa rápidamente y está destinado a ser uno de los más importantes del litoral peruano.

La agricultura es el ramo a que se dedican con preferencia los habitantes de Huacho; pues la abundancia de agua los favorece, no menos que la fertilidad de los campos y el importante mercado del Callao y Lima, donde colocan sus frutos.

El clima del local es inmejorable, por lo que visitan a Huacho numerosas familias de Lima. El ferrocarril de Lima tiene una es­tación en este puerto, en el que hay también una estación telegráfica que lo pone en comunicación con todo el país.

Huacho, puede decirse, es la despensa de Lima, a quien provee diariamente de frutas, hortalizas, aves de corral, cerdos en gran cantidad, sal, maíz, chancaca y otros artículos numerosos y de primera necesidad.

Huacho dista 65 kilómetros de Chancay.

Bahía Salinas.- Es un extenso surgidero cómodo y apropiado para toda clase de buques, con desembarcadero cómodo en la playa del rincón sureste de la bahía, llamado Playa Chica; pero no hay agua en las vecindades y se carece de todo recurso, con excepción de la célebre sal de Huacho de la que se encuentra siempre algún depósito. Salinas se halla 5.5 millas al sureste de Huacho.

Puerto de Chancay.- Se encuentra a 22 millas al SE¼E. Ofre­ce dos caletas sobre su costa sur, siendo la oriental la más resguardada y propia para desembarcar. La mar de leva penetra en Chancay y hace odioso el surgidero, razón porque su playa no es siempre abor­dable.

La población se halla a 1.5 millas al norte del puerto y sobre los barrancos del terreno. Hay en ella una estación del ferrocarril de Lima y una estación telegráfica.

Puerto de Ancón.- Queda a 12.5 millas al sureste de Chancay. Es un buen puerto que ofrece una playa arenosa muy tranquila como desembarcadero.

Ancón tiene una estación del ferrocarril y una estación telegráfica. No carece de recursos, a no ser el agua, que se tiene que acarrear del interior. Dista del Callao, por mar, 17.5 millas.

Clima.- El clima del tramo de costa comprendido entre la bahía de Supe y la rada del Callao es muy sano. Las fiebres intermitentes o palúdicas son raras, revistiendo el carácter de esporádicas; las ter­cianas tan comunes y malignas que se desarrollan en los valles del sur de Lima, son desconocidas en los de Supe, Huaura, Chancay, Ancón y Chillón o Carabayllo.

Notas

1. Esto sólo se ve en el desierto de Huacho.

Fuente citada

Oficina Hidrográfica de Chile. Datos sobre los recursos y las vías de comunicación del litoral de las provincias de Chancay y de Lima. Santiago, Imprenta Nacional, octubre de 1880. Incluye una carta geográfica del territorio a que se refiere.
Posted 4th September 2011 by César Vásquez
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